La modalidad ya es un clásico del verano: por teléfono simulan haber secuestrado a un familiar. Preste atención a las recomendaciones.
«Te pueden matar de un paro cardíaco», dice Tomás McAllan, víctima virtual de un reciente intento de secuestro extorsivo. En la noche del martes, un delincuente se comunicó al teléfono fijo de la casa de los padres de McAllan, haciéndose pasar por un comisario de la Caminera. Les dijo que «uno de sus hijos» había tenido un accidente y que atravesaba una crisis de nervios.
El matrimonio, de 65 y 67 años, se desesperó. Nerviosos por la noticia, sin darse cuenta, comenzaron a brindarle información personal al presunto comisario, con la que el hábil delincuente fue tejiendo la trampa.
Mientras escuchaba al supuesto comisario, el padre de McAllan sospechó, y tuvo el buen tino de pedirle a su mujer que llamara inmediatamente a su hijo. En ese momento, el delincuente apuró su maniobra, cambió el tono de voz y dijo que su hijo, en realidad, había sido secuestrado.
Tomás, comerciante de 36 años, conducía su vehículo por la ruta 37 cuando sonó su celular. Era su madre.
-¿Estás bien? ¿Hubo un accidente?
-Estoy bien, vieja. ¿Qué accidente? Por la ruta 37 está todo bien.
-¿No estás secuestrado?
-¿Qué?
Entonces, en segundo plano, Tomás escuchó a su padre hablando por otro teléfono, a los gritos. El delincuente le estaba diciendo algo que le costará borrar de su mente: «Esto es un secuestro. Si no pagan le vamos a cortar un dedo a su hijo».
«Por suerte ya estaban hablando conmigo por la otra línea. Cuándo nos dimos cuenta de lo que pasaba, le dije que corten el teléfono. No alcanzaron a pedirnos nada. Pero el susto que pasaron mis viejos no se lo deseo a nadie», contó Tomás.
Cuando fue a hacer la denuncia a la Fiscalía de Instrucción de Alta Gracia, McAllan encontró al ayudante del fiscal saturado de trabajo: además de él, dos señoras estaban denunciando haber sido víctimas de secuestros virtuales.
«Son varios los casos en el interior y en capital», reconoció el comisario Rubén Contreras, jefe de Delitos contra la Propiedad. «Antes hacían los llamados desde establecimientos penitenciarios, pero ahora la modalidad ha cambiado. Llaman desde teléfonos públicos, o desde celulares y van cambiando el chip», explicó Contreras.
«Lo primero que hay que hacer ante este tipo de llamados es tratar de comunicarse lo más rápido posible con la persona presuntamente secuestrada. Si la línea está ocupada, puede estar siendo bloqueada por los mismos delincuentes. Por eso, recomendamos llamar inmediatamente a la Policía, para el teléfono sea chequeado inmediatamente».
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Recomendaciones
Solicite identificaciones: Los falsos secuestradores manifiestan ser policías, médicos o inspectores municipales. Pida un número de teléfono para devolver la llamada y chequear la veracidad del hecho.
Corte la llamada: Cuando desconocidos le informen de accidentes sufridos por familiares suyos, porque estas situaciones son comunicadas personalmente por la Policía en su domicilio.
Si llama un desconocido: No brinde información personal y comuníquese rápido con el familiar supuestamente secuestrado.
Si no lo atiende: Mantenga la calma, rápidamente alerte al 101 informando detalles del hecho y siga las indicaciones.
Para evitarlos: No llene cupones con datos telefónicos a desconocidos en comercios, cines, stands o en la calle.
En su celular. No agente en su teléfono celular a su familia con palabras como «Mamá», «Papá» o «Casa». Directamente coloque sus nombres, para que los desconocidos no puedan identificarlos.
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