Se trata de una varilla flexible que se coloca debajo de la piel, en la parte interna del brazo, y que liberará en forma continua durante tres años la hormona etonogestrel, que inhibe la ovulación.
Esta opción consiste en un implante subcutáneo que genera un efecto anticonceptivo de larga duración: protege durante tres años, por medio de la liberación automática de una hormona, la progesterona, que impide la ovulación. Las estadísticas y las pruebas marcan que tiene un 99% de efectividad.
«La ventaja con respecto a otros métodos anticonceptivos es que, además de ser el método de mayor eficacia reportada [en Europa se utiliza desde hace más de diez años], su eficacia no depende de la autoadministración por parte de la mujer, como sí ocurre, por ejemplo, con la píldora», explicó el doctor Fabio Sobral, ginecólogo y director médico de Pregna Medicina Reproductiva, al diario La Nación.
Y agregó: «Con el implante no puede haber error en su uso ni olvido, ya que una vez colocado la mujer se olvida del asunto».
El mismo no se compra en farmacias, ya que sólo puede ser aplicado por un médico. ¿Su precio? Mil pesos más el honorario del profesional.
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