La secretaria de Estado estadounidense Hillary Rodham Clinton exhortó a México a mantenerse firme en su «turbulenta» guerra contra los cárteles de las drogas, y dijo que Washington ayudará con nuevos controles al flujo de armas provenientes de Estados Unidos.
Clinton dio un fuerte respaldo a la lucha del presidente Felipe Calderón contra las arraigadas organizaciones de narcotraficantes en México y ofreció la asistencia continua de las autoridades estadounidenses.
Más de 34.600 personas han muerto en territorio mexicano en asesinatos relacionados con actividades del narco desde que Calderón lanzó la ofensiva contra los cárteles. La cifra de fallecidos aumentó 60% el año pasado.
Alcaldes, jefes de policía, jueces y periodistas han sido baleados. Están aumentando las muertes de civiles y hay diversas áreas donde reina la anarquía.
Clinton dijo que no hay más alternativa que combatir a los cárteles de frente.
«Es turbulento. Causa que muchas cosas terribles salgan en las noticias», dijo Clinton después de reunirse en Guanajuato con la secretaria de Relaciones Exteriores de México, Patricia Espinosa.
«Los narcotraficantes no se van a rendir sin dar una terrible pelea. Y hacen cosas que son simplemente de bárbaros, como decapitar personas», añadió Clinton en esta ciudad de la región central del país. Posteriormente habría de reunirse con Calderón en la Ciudad de México.
«Su fin es intimidar. Su fin es hacer que el público diga: ‘Déjenlos en paz y no me molestarán’. Pero un presidente no puede hacer eso», agregó.
Pocos esperan que el gobierno mexicano acabe pronto con los cárteles. Enfrenta numerosos retos, desde sentenciar a los criminales hasta desterrar la corrupción en la policía.
Pero Clinton puntualizó que ha habido grandes progresos. Dijo que alrededor de una veintena de traficantes de alto nivel han sido capturados o abatidos el año pasado y que Estados Unidos ha bloqueado negocios para cientos de compañías vinculadas con capos del narco.
La funcionaria ha sido franca sobre la responsabilidad compartida en el problema de las drogas. La elevada demanda en Estados Unidos fomenta el tráfico, y las armas traficadas desde el norte de la frontera están relacionadas con gran parte de la violencia.
A ese respecto, Clinton manifestó que el gobierno «está comprometido a hacer lo que pueda hacerse» para hacer que los comerciantes de armas reporten grandes compras de fusiles de alto poder, los cuales se han vuelto las armas predilectas de los cárteles.
Clinton condenó también el atentado terrorista en un aeropuerto de Rusia que mató a por lo menos 35 personas y dejó muchas más heridas.
La funcionaria estadounidense dijo que su país está con el pueblo ruso en lo que llamó «este momento de tristeza y duelo».
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