La pobreza y el aventajamiento por parte de mafias y grupos terroristas (como Sendero Luminoso en Perú o las FARC en Colombia) son verdaderos motores del creciente tráfico y posterior explotación de menores. Según los datos de la ONU, el tráfico de seres humanos constituye la segunda actividad ilegal en el ranking de ‘rentabilidad’, después del tráfico de drogas
.Una muestra de ello ha sido el informe, publicado este domingo en el diario ‘El Comercio’. Según éste, mafias peruanas han organizado una red de tráfico de menores, que son llevados al vecino Ecuador, donde los niños acaban sometidos en trabajos de condiciones infrahumanas.
Según los datos de ‘El Comercio’, 135 de los 150 menores oficialmente denunciados como desaparecidos fueron encontrados allí en 2010, la mayoría aplastante de ellos vendiendo golosinas o trabajando duro en cantinas o ‘night clubs’ en Ecuador.
Las declaraciones al periódico por parte de Miguel Wong, jefe policial de Personas Desaparecidas, indican que, pese a que en 2010 se recuperaron estos 135 niños, en general muchos casos no son denunciados a la policía, por lo que la cifra real sería mayor. «Hay padres que son indiferentes a la desaparición de sus hijos», afirmó Wong.
Según ‘El Comercio’, las tácticas para reclutar menores empleadas por la mafia peruana son las de convencer a sus padres, en varios casos mediante algunos obsequios, de llevar a sus hijos a Ecuador alegándoles que ganarán dinero.
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