Messi es inigualable: con dos tantos ante Betis, superó a Gerd Müller, en 25 minutos, Leo marcó dos tantos, alcanzó los 86 goles en un año calendario y batió la marca que el goleador aleman ostentaba desde 1972; la Pulga, cada días más indescriptible
La Pulga, que crece, semana tras semana, con pasos de gigante. Hoy, ante Betis, lo volvió a hacer. Desmereció las lesiones, las críticas, a los rivales y, como ya nos tiene acostumbrado, a los records. Sin malas intenciones. De la manera más sana: jugando al fútbol.
Con dos verdaderos golazos, que en él ya parecen naturales, Leo Messi alcanzó los 86 goles en un año calendario y superó, así, la marca del alemán Gerd Müller, que en 1972, entre Bayern Munich y la selección alemana, había marcado 85. Pero ya está. Su nombre será borrado de los libros de historia para inmortalizar a otro recordman. Ya no hace falta usar el teclado para escribir su nombre. Alcanza con el Control+V (N. de la R.: en las computadoras, se utiliza para pegar un texto copiado previamente). No porque la Pulga sea dueño de todas las marcas, pero sí de muchas, de la mayoría.
Y para superar este nuevo récord, nada mejor que dos obras de arte. A los 15 minutos, Messi enloqueció a la defensa del Betis y, con su clásico movimiento, diagonal en la puerta del área y definición cruzada, marcó el primer gol del partido. Luego, diez minutos más tarde, ensayó una pared con Iniesta, que le devolvió la pelota con un exquisito taco, para marcar, nuevamente con un zurdazo cruzado, su segundo gol en el partido. El del récord. El de la leyenda. El resultado final, anecdótico en este caso, fue 2 a 1 para los catalanes.
Esta no es una marca rebuscada, difícil de explicar. Los números siempre aportan más claridad que las palabras. Entonces, repasemos. En 2012, Messi anotó 74 goles con el Barcelona (56 en Liga, 13 en Champions, 3 en la Copa del Rey y 2 en la Supercopa de España) y 12 con la Argentina (su mejor registro desde que debutó en la selección, en 2004). Además, con tan sólo 25 años, lleva marcado 283 goles con la camiseta blaugrana y 31 con la albiceleste. Se debería terminar el párrafo con un adjetivo detonador, fuera de serie, pero no existe uno que pueda abarcar tanto.
El teclado vuelve a tomar claridad. Las letras son letras y las ideas, ideas. Quizás, algunos sigan ensayando críticas, cuestionamientos. Para eso, la inventiva supera todo tipo de fronteras. Para nosotros, la mayoría, sólo nos queda seguir disfrutando del mejor jugador del mundo, que, de tanto en tanto, nos pone en el compromiso de buscar qué decir, qué escribir.
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