Cristina reclamó que haya “control” sobre los jueces, criticó a los magistrados que absolvieron a los acusados por la desaparición de Marita Verón. Y dijo que impulsará la “democratización” judicial. Fue en el contexto de su pulseada con los jueces
En lo que se interpretó como un primer avance para justificar una reforma constitucional el año que viene, la presidenta Cristina Kirchner volvió a embestir duramente ayer contra la Justicia y manifestó su “compromiso” de impulsar junto con el Parlamento “un proceso de democratización” del Poder Judicial , al que acusó de actuar en forma “corporativa”.
“En ese Poder son eternos, nadie los puede movilizar, porque además se protegen entre ellos . Deciden sobre la vida, la libertad y el patrimonio de todos nosotros. Entonces, creo que tiene que haber un control republicano , de la misma manera que hay un control republicano sobre cada uno de los poderes y de los civiles”, sostuvo al hablar en Garín, en la inauguración de una planta del laboratorio Sinergium Biotech, destinada a la producción de vacunas.
La Presidenta se subió así a la ola de indignación nacional por el fallo de la Justicia tucumana que absolvió a los 13 acusados por el secuestro de Marita Verón (ver pág. 3) . Y profundizó al mismo tiempo las críticas a los jueces que no fallan acorde a los deseos del Ejecutivo, en la línea que inició el domingo en el festival de Plaza de Mayo, cuando por cadena nacional emparentó al Poder Judicial y a los medios críticos con el golpismo: “Cuando a algunos les fallan los fierros mediáticos intentan construir fierros judiciales para poder tumbar a cualquier gobierno ”, .
Según pudo sondear Clarín , entre los altos funcionarios hubo sorpresa ante las palabras presidenciales y se afirmó que no hay ningún proyecto conocido para “democratizar” la Justicia. Pero algunos análisis interpretaron el lanzamiento de un tema concreto para justificar -en medio de la indignación por el fallo en Tucumán- la necesidad de una reforma de la Constitución (cuyo principal objetivo para el oficialismo es permitir la re-reelección presidencial).
Con sus cuestionamientos, y con la solidaridad que expresó a Susana Trimarco (a quien premió y luego abrazó largamente el domingo al bajarse del escenario en la Plaza de Mayo) la Presidenta buscó colocarse por fuera del “sistema” de entrelazamiento entre los tres poderes del Estado, en particular con el Poder Judicial. En nueve años en el poder, el kirchnerismo lleva nombrados más de 500 jueces en todos los fueros. En Tucumán, la provincia del fallo, gobierna desde 2003 uno de sus mayores aliados, José Alperovich , quien va por su tercer mandato; y a cuya esposa, la senadora Beatriz Rojkés de Alperovich, Cristina colocó tercera en orden de sucesión presidencial, al hacerla nombrar presidenta provisional del Senado.
La Presidenta dijo además que hay “un divorcio” entre la Justicia y el resto de la sociedad. También justificó la reforma que impulsó en 2006 al Consejo de la Magistratura, que al reducir el número de miembros de 20 a 13 le dio mayor control al oficialismo . Para ella, entre los políticos “hay una renovación permanente (y) el que hace mal las cosas, se acabó. Pero acá no es lo mismo, porque hay una defensa corporativa”.
Para mostrar que su anhelo es que el fallo sobre Verón marque un punto de inflexión en el actual esquema judicial, la Presidenta lo comparó con el caso del ex conscripto Omar Carrasco, cuya muerte en 1994 en una guarnición neuquina determinó el fin del servicio militar obligatorio.
En paralelo, en un aparte del mismo acto, la Presidenta recibió ayer el Premio Internacional de la Diversidad Sexual, otorgado por la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA).
“Vamos a seguir luchando contra todo tipo de discriminación”, agradeció Cristina por videoconferencia con Estocolmo, Suecia, donde el galardón fue recibido por el vicepresidente Amado Boudou, junto con el senador Aníbal Fernández. Y añadió que le gusta “aceptar las diferencias”.
Fuente: Clarin
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