La clase media fue la más afectada por el alto nivel de la inflación, la educación y la seguridad privadas, los seguros, las cocheras, la nafta y el taxi subieron por encima del promedio; sólo luz y gas casi no aumentaron
Hasta el consumidor de clase media más desprevenido notará que en la Argentina de estos tiempos todos los precios suben . Pero si se tomara el trabajo de elaborar un rústico índice que incluya sus gastos más característicos, quedaría sorprendido por la velocidad con la que escalaron algunos de ellos en 2012.
Ésa es la conclusión a la que se arriba luego de un repaso por la evolución de las prestaciones más cercanas al bolsillo de la clase media, como la educación, la seguridad y la medicina privadas; el videocable y la conexión a Internet; el seguro del auto, la nafta, el alquiler de la cochera o, a falta de un vehículo propio, la tarifa del taxi.
Si bien la dispersión de los valores es muy alta y depende del tipo de producto o servicio, los incrementos de precios en el año que acaba de terminar alcanzan, en el consumo de esa franja , hasta 60%, muy por encima de la medición oficial de la inflación (la del Indec rondará el 11%) e incluso de los cálculos que hacen las consultoras privadas, que la sitúan en torno del 25%.
La excepción fueron las tarifas de electricidad y gas, que prácticamente no aumentaron.
Según los números de 2012, los vehículos están entre los principales enemigos del bolsillo. Todo lo que los rodea sube por encima del promedio. El seguro de La Caja para un Peugeot 206 modelo 2008 cuesta este mes 533 pesos, 28% más que los 416 pesos de enero del año pasado, mientras que llenarle el tanque de nafta súper cuesta 26% más que hace un año.
El ex secretario de Energía Jorge Lapeña intenta explicarlo. Sostiene que los costos de las empresas energéticas crecieron un 25% el año pasado, por lo cual «no extrañan los deslizamientos de precios hacia toda la cadena de valor petrolera».
Una cochera a buen precio cuesta $ 790 mensuales, un 21,5% por encima de lo que indicaban las pizarras en enero del año pasado. Es un rubro, sin embargo, que seguirá subiendo mes a mes, según desliza Eduardo Sánchez, presidente de la Cámara de Garajes y Estacionamientos (AGES). Si bien reconoce que los aumentos salariales justifican una parte del incremento en las tarifas, mantiene una lucha declarada contra el ABL: «En enero de 2012, un garaje de 950 metros cuadrados pagaba $ 15.000; este mes vino 48.000 pesos», lamenta. Y agrega: «Hoy, cualquier cochera en Capital o el Gran Buenos Aires debería costar no menos de $ 1200 al mes».
Laura M. tiene a raya su consumo de telefonía móvil. Desde hace años mantiene el mismo plan, casi el más barato que le puede brindar Movistar. Este mes pagará $ 97 por el servicio, algo que considera un premio a su sistemático rechazo a los planes más completos. Pero el balance de fin de año le mostró la realidad en porcentajes: en enero de 2012 gastó $ 67 por la prestación, de manera que deberá desembolsar un 45% más.
En promedio, los incrementos en telefonía móvil fueron menores, pero recorrieron a todas las marcas. Claro, por ejemplo, avisó a fines de octubre que aplicaría nuevos precios a partir del viernes pasado. También aumentaron en Personal.
Los padres de familia deberán rasgar más a fondo en sus alcancías para pagar la asistencia de sus hijos a colegios privados, incluso a aquellos que reciben una subvención estatal del 40 por ciento. La reserva de vacante de un establecimiento de esas características de nivel primario en Palermo para 2013 fue de $ 3240, un 30% más que los $ 2490 de 2012. El aliciente: se pudo pagar en cuotas. La cuota mensual, en tanto, partirá en 2013 desde los $ 2220, un 19% más que en 2012, pero volverá a subir luego de la paritaria docente.
La «sensación de inseguridad» también tiene sus efectos sobre las cuentas de fin de año. Un servicio de alarma domiciliaria con tres sensores para un departamento porteño, por caso, costó en diciembre un 31% más que en los primeros meses de 2012. Para Aquiles Gorini, presidente de la Cámara Argentina de Empresas de Seguridad e Investigaciones (Caesi), los ajustes se deben a un motivo sobresaliente: el resultado de las negociaciones paritarias, que derivaron en un ajuste salarial total para 2012 del 32 por ciento.
«La seguridad privada no es capital intensiva, sino mano de obra intensiva. Por la aplicación del convenio, que se terminó de cerrar en octubre, es de esperar que haya nuevos ajustes», sostiene.
La mano visible de la intervención oficial, sin embargo, colabora para que el alza de precios se note menos en el promedio. Por caso, la tasa anual de la inflación en la canasta del profesional ejecutivo que elabora la Universidad del CEMA arrojó hasta noviembre una suba del 24,6 por ciento.
Es que cualquier IPC completo incluye los servicios de gas y electricidad, según señala Fausto Spotorno, de la consultora de Orlando Ferreres, que están casi congelados.
Frente a esos números, los aumentos en medicina prepaga (hasta 22%), el cable e Internet (en torno del 20%, con variaciones), por los cuales el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, entabla largas negociaciones (en el primer caso) o desoye medidas cautelares (en el segundo) parecen más fáciles de digerir. No ocurre lo mismo, sin embargo, con la evolución de los precios en las góndolas de los supermercados, algo que se aplica a un público más amplio. Moreno tiene aceitado un mecanismo para otorgar, como máximo, tres aumentos al año por marca que no supere el 10% en cada caso.
El funcionario divide el universo en tres términos: masivos, selectivos y premium. Estos últimos, cuya remarcación menos le interesa a Moreno porque asume que apuntan a un público más pudiente, suelen estar en la lista de los productos que sufren los mayores incrementos de precios cada año..
Fuente: La Nación
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