Se sigue progresando hacia automóviles inteligentes capaces de circular por sí solos cuando el conductor humano lo requiera
Algo ya anticipado por la ciencia-ficción bastantes años atrás con obras como por ejemplo la serie televisiva «Knight Rider», titulada «El Coche Fantástico», «El Auto Fantástico» o «El Auto Increíble» en algunos países. Los avances se van sucediendo, y ahora el último logro llega de la Universidad de Oxford en el Reino Unido.
Esta última innovación consiste en una tecnología robótica que posibilita que un automóvil se conduzca a sí mismo, a petición del conductor, y le devuelva a éste el control del vehículo cuando se lo pida. El sistema está especialmente indicado para trayectos habituales, como por ejemplo el de cada día desde casa al trabajo, o viceversa. Se pretende que el sistema, una vez perfeccionado y fabricado en grandes cantidades, tenga un costo muy bajo, al alcance de cualquier comprador de un automóvil.
Ya se están haciendo pruebas en carretera, con el sistema robótico instalado en un coche eléctrico Nissan Leaf, y empleando para tareas de control del sistema un iPad fijado en el tablero de mandos o salpicadero del automóvil. En la pantalla del iPad, el conductor puede seleccionar la opción de que el automóvil se conduzca a sí mismo para una porción familiar de una ruta. La opción contraria le devuelve al conductor humano el control del coche. En cualquier momento, un toque ligero en el pedal del freno devolverá el control al conductor humano.
El sistema de navegación puede reconocer su entorno usando pequeñas cámaras y láseres, discretamente instalados en la carrocería del automóvil eléctrico adaptado, y enlazados a un ordenador en el maletero del vehículo. El sistema, de bajo costo, no depende del GPS.
La idea del equipo de Ingmar Posner y Paul Newman es que su sistema pueda ser lanzado en el futuro a un costo de unas 100 libras esterlinas. «Es fácil imaginar que este tipo de tecnología esté futuramente en un automóvil que cualquiera pueda comprar», comenta Newman.
De hecho, ya han entrado en producción algunos dispositivos robóticos para automóviles, como por ejemplo los que permiten a un vehículo aparcar por su cuenta, o los que reaccionan a un cambio en las condiciones de la carretera. Los sistemas de navegación autónomos, como el que se desarrolla en Oxford, es probable que sean el próximo gran paso hacia una revolución en la conducción de automóviles.
El diseño del nuevo sistema ha sido posible gracias a los adelantos tecnológicos logrados en la cartografía 3D mediante láser. De este modo, un sistema robótico barato instalado en un automóvil puede trazar con rapidez un mapa tridimensional de su entorno. Cuando el automóvil así robotizado reconoce el sitio por el que su conductor le está llevando, y deduce a dónde se dirige, se lo puede decir y preguntarle si desea que el coche se conduzca a sí mismo.
La próxima fase de la investigación se adentrará en la capacidad del nuevo sistema robótico para evaluar las características y posibles consecuencias de los flujos complejos de tráfico (por ejemplo predecir un atasco de tráfico) y tomar decisiones sobre qué ruta alternativa hacia el punto de destino conviene seguir.
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