El Papa Francisco celebra su primera audiencia pública, pidió que cese «inmediatamente la violencia y los saqueos» en la República Centroafricana, en el primer llamamiento por la paz que lanza desde la plaza de San Pedro durante la audiencia general del miércoles
«Hago un llamado para que cesen inmediatamente la violencia y los saqueos y se encuentre cuanto antes una solución política a la crisis que de paz y concordia a ese querido país», dijo el Papa al referirse a la grave situación en la República Centroafricana tras el derrocamiento del presidente Francois Bozizé.
Ante unas 20.000 personas, entre ellos numerosos estudiantes universitarios que participan en un encuentro internacional, el Papa argentino ofreció sus oraciones «por todos aquellos que sufren, en particular por los parientes de
las víctimas», dijo.
El Papa, sentado en la tarima central de la Plaza de San Pedro sobre un simple sillón blanco, se dirigió a los presentes sólo en italiano y un religioso leyó la catequesis de los miércoles en varios idiomas, entre ellos francés,
inglés, alemán y español, su propia lengua.
El pedido del Papa argentino fue lanzado al término de la primera audiencia general de los miércoles que celebra desde que fue elegido pontífice, el pasado 13 de marzo.
Se trata también del primer llamado por la situación en África que lanza el papa latinoamericano, siguiendo la línea de sus predecesores de pedir paz y concordia desde el Vaticano ante graves conflictos internacionales.
Dos días después de que una ofensiva de la rebelión Seleka derrocase al presidente Bozizé, quien estuvo diez años en el poder, resultaba muy difícil determinar el balance de víctimas en ese país y había decenas de cuerpos enlas calles de Bangui, la capital.
Los saqueos continuaban mientras el nuevo hombre fuerte, el jefe rebelde Michel Djotodia, dijo que mantendrá en el puesto al primer ministro Nicolas Tiangaye tras haber anunciado que controlará el país durante tres años.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas «condenó firmemente la toma de control por la fuerza» del gobierno de la República Centroafricana y reclamó «la restauración del orden constitucional» y la aplicación de los acuerdos de Libreville.
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