La compañía de un animal, como por ejemplo un perro, ha despertado en los últimos años un interés creciente como una forma simple y eficaz de terapia para mitigar algunos de los problemas de conducta en niños autistas
Ahora, unos investigadores de la Universidad de Misuri, en Estados Unidos, han corroborado en un nuevo estudio que una amplia mayoría de las familias con niños que padecen trastornos del espectro autista consideran que tener un perro ejerce una influencia positiva sobre la vida cotidiana en su hogar, no sólo por suavizar los problemas de conducta en los niños autistas, sino también para animar a los padres y al resto de la familia, que a menudo también se enfrentan a tensiones y al desánimo.
El equipo de Rebecca Johnson, directora del Centro de Investigación de la Interacción entre Humanos y Animales (ReCHAI) de la Universidad de Misuri, ha comprobado que los perros entrenados especialmente para ayudar en terapias para personas con autismo pueden ayudar a los niños autistas en su vida social y escolar, así como mejorar la calidad general de vida de todos los miembros de la familia.
Johnson y Gretchen Carlisle, del equipo de investigación subrayan, sin embargo, la importancia de seleccionar a los perros adecuados.
Obviamente, deben ser animales pacíficos y sociales, es mejor si han recibido entrenamiento para su misión, y, al parecer los de pequeño tamaño suelen ganarse con mayor facilidad el apego de los niños con autismo.
Fuente: Amazings
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