Ruegan por Riquelme y Ponzio los referentes de Boca y River se exigirán al máximo; uno quiere estar ante Corinthians y los millonarios; el otro arriesga todo por ir a la Bombonera
De la vieja armada. De escuelas diferentes, pero con un reloj biológico que los acerca. Con ambiciones marcadas y con una estructura de futbolista signada por otras costumbres. Ni mejores ni peores, simplemente diferentes. Y de allí se explica su ascendencia en los grupos que integran. Sienten una adrenalina especial cuando por delante las exigencias los ponen a prueba, aún cuando sus potenciales físicos disten de ser los óptimos para la alta competencia. Es por eso que Juan Román Riquelme , con 34 años, y Leonardo Ponzio, de 31, sienten el fútbol de una manera distinta. Entienden el juego más allá de sus propias dificultades, siente un compromiso que los distingue, es el superclásico que los obliga, aún cuando alguno piense en que ciertas actitudes puedan resultar egoístas.
El caso de Riquelme es quizá el que más controversia despierta, porque no sólo lleva muy pocos días (8) desde el desgarro que sufrió ante Belgrano, sino que el capitán xeneize, antes del superclásico frente el conjunto millonario, tiene una altísima exigencia en el partido de mañana con Corinthians, por los octavos de final de la Copa Libertadores.
No existen confirmaciones, pero sí varias versiones que indican que el capitán xeneize no quiere perderse ninguno de los dos compromisos: ante los brasileños y frente a River . «Si entro en la cancha es porque sé que puedo hacer un buen partido. Tengo suerte de que no juego en una posición como la del Chelo Delgado o Lautaro Acosta, ellos tienen otras exigencias, saben que no podrían jugar desgarrados. Yo puedo controlarlo», dijo Riquelme, en Boca de selección, por radio Cooperativa.
Más allá del deseo de Riquelme, en las últimas horas se supo que Carlos Bianchi podría reprogramar algunos movimientos y dejar al N° 10 para la revancha con Corinthians, el 15 de mayo próximo. Aunque claro, la presión de Román es grande y también el DT sabe que la presencia del futbolista siempre supone una preocupación extra para cualquier rival. Pero es imposible no pensar en que Riquelme, que tiene un desgarro de 3mm en el isquiotibial derecho y apenas 10 días de evolución, quizá no resista las exigencias de Corinthians y River.
Si no fuera Boca el rival, Leonardo Ponzio quizás optaría por parar un fin de semana más y volver en el siguiente partido, con All Boys. Pero no. Apenas se lesionó en el 1-1 con Arsenal, el volante se juramentó jugar el superclásico. Trabajó, incluso, en doble turno con los kinesiólogos para no perderse el partido.
Su liderazgo en el vestuario, mucho más ahora que David Trezeguet se recupera de una operación por una tendinitis rotuliana en la rodilla izquierda, y ser un abanderado futbolístico del equipo, provocan que se apuren los tiempos de recuperación. «La semana pasada estuve haciendo tareas físicas y le pegué a la pelota con la pierna izquierda. Por suerte no sentí dolores para nada. Me siento bien y espero poder jugar», dijo Ponzio.
Si bien resta un estudio médico, Ramón Díaz ya tiene en la cabeza incluir al volante que se ausentó con Godoy Cruz y Quilmes por un desgarro en el aductor izquierdo. Por quién entrará Leo es lo que deberá resolver el entrenador riojano. Lo más lógico, porque fue lo que sucedió frente a Arsenal, su último partido, es que lo haga por Carlos Sánchez, aunque el Pelado esperará la evolución de Ariel Rojas, quien ante Quilmes fue reemplazado en el entretiempo por una sobrecarga en el aductor izquierdo. Si bien desde el cuerpo técnico se encargaron de sentenciar que la salida fue por precaución, analizarán su recuperación en los próximos días.
¿La sorpresa? Que el DT relegue a Lanzini, archive el 4-3-1-2 y proponga un 4-4-2, con Sánchez-Ledesma-Ponzio y Rojas. Sería un mensaje: Ramón apelaría a un esquema, en teoría, cauteloso, combativo y, además, podría dejar entrever una protesta hacia los dirigentes, ya que el DT, durante el mercado de pases, insistió con la contratación de un enganche (Fabbro era su debilidad).
Dos futbolistas que demuestran el peso específico de un superclásico. Riquelme deja la piel por la Copa y el choque con River. Ponzio se juega todo por darle a su equipo la chance de celebrar y seguir prendido en el torneo. Pero más allá del deseo, hoy son dos incógnitas.
Delfino sería el árbitro
Hoy se conocerá oficialmente cuál será el árbitro del superclásico, en Boca y River, el domingo próximo en la Bombonera. Pero, según algunas versiones, se supo que el elegido para estar en el clásico será Germán Delfino..
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