Cristina prefiere leales a políticos con buena imagen en la Provincia. Capitanich, Filmus, Yahuar, Obeid y Bielsa estarían definidos para competir en octubre. Florencio Randazzo y Alicia Kirchner en el «veremos»
“Sí, ya sé. Me fui al carajo. Pero me tiene harta, nunca da la cara éste”, le dijo Cristina Kirchner, enfurecida, a un intendente del Conurbano. Aludió, así, a Daniel Scioli. Ocurrió el jueves de la semana pasada, al terminar el acto que encabezó en Lomas de Zamora, en el que vapuleó al gobernador sin nombrarlo. Algo paradójico: el mismo día, por orden suya, el BCRA autorizó a la Provincia a colocar bonos por 1.700 millones de pesos.
Su furia explica la matriz con la que piensa la elección: la batalla en todo el país se va a dar con los hombres que sean leales al proyecto, y no necesariamente con los que mejor midan. Por eso, no ata la lista de candidatos en la provincia de Buenos Aires a la decisión que tome Sergio Massa, el intendente de Tigre. También es cierto que no tiene demasiadas opciones en ese territorio, cuenta con apenas un puñado de dirigentes con una magra imagen positiva y, en el mejor de los casos, desconocidos para buena parte de la opinión pública.
Cristina Kirchner ya eligió al ministro de Agricultura, Norberto Yahuar, para disputar los escaños de diputados de Chubut. En Santa Fe, a Jorge Obeid y María Eugenia Bielsa. En Chaco jugará el propio Jorge Capitanich, en Capital Federal irá Daniel Filmus, y así podría seguir la lista de kirchneristas puros o aliados que competirán en octubre.
El dilema es Buenos Aires. Los nombres para los primeros lugares en la lista de diputados nacionales son, hasta ahora, repetidos en los pasillos de la Casa Rosada: Alicia Kirchner (el apellido es lo que pesa), Florencio Randazzo (para mostrar gestión), y varios intendentes del GBA, para garantizarse la tracción de los municipios y evitar el famoso “corte de boleta” que perjudicó al oficialismo en 2009.
Alicia Kirchner, sin embargo, todavía no cuenta con domicilio en la Provincia registrado en el padrón electoral.
La figura mimada de la lista será Martín Insaurralde, el intendente de Lomas de Zamora. “Es el Massa ‘bueno’”, graficó un kirchnerista de la primera hora. Lo mostrarán como un eficaz gestor, en un distrito pobre –a diferencia de Massa, que administra un municipio con recursos–, y como un hombre que venció a la adversidad después de un cáncer que lo tuvo a maltraer. Insaurralde le cae bien a la Presidenta.
Habrá otros nombres de jefes comunales en las listas. Suenan Fernando Espinoza, que comanda La Matanza, el distrito más poblado del Conurbano bonaerense. También el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, que no se cansó de apoyar al Gobierno en los medios de comunicación, ya sea para criticar los cacerolazos como las denuncias por corrupción.
Sin embargo, Cristina sabe que sólo su figura puede atraer a un núcleo duro de votantes que oscila entre el 25% y el 30% del padrón. Por eso, será la principal oradora en todos los actos de campaña electoral hasta octubre. El protocolo K indica que primero hablarán las principales caras de las listas (que podrían incluir otra vez al senador Aníbal Fernández y a la flamante jefa del bloque K en Diputados, Juliana Di Tullio) y que el cierre correrá por cuenta de la jefa de Estado.
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