Belgrano careció de lo que sí tiene Talleres. Por tal motivo, la “T” le ganó el clásico cordobés en el Mario Kempes por 1-0 y obtuvo la Copa Centenario de la Liga Cordobesa.
El mejor clima. La T festejó al calor de su triunfo ante el Pirata en un clásico tibio. Lleva 18 partidos sin perder, en su mejor estación en mucho tiempo. Y tiene buen pronóstico.
Pintaba para empate y definición por penales. El trámite del juego parecía encaminar hacia ese desenlace, aunque Belgrano había sido el más peligroso; incluso los travesaños deben estar aún temblando tras los cabezazos que no pudo parar Diego Aguiar
Tarde gélida y un clásico que parecía en el freezer, como para descongelarlo en los penales. Sin embargo, aún en una tarde tan invernal siempre hay un rayito de sol, y salió para Talleres. Porque Gonzalo Klusener sabe cómo romper el hielo, aunque tenga una sola cita en el área, y calentó las gargantas y los corazones de la mitad del Kempes, de la mitad de la ciudad.
Talleres le volvió a ganar a Belgrano. Le puso paños fríos a la diferencia de categoría y al calor de una racha que primero abrigó sus ilusiones de ascenso y ahora le da la esperanza de ir por más. De primavera. En un veranito que le permite extender en el calendario 18 partidos sin conocer el frío de la derrota, además de salir de los “cuarteles de invierno” de los cuatro años en el Argentino A.
Paradógicamente, las últimas veces que la T perdió fueron en el verano, ante Belgrano, y en la tropical Misiones, contra Guaraní Antonio Franco. Desde allí, los de Sialle borraron la mueca de la derrota de sus caras y no volvieron a perder.
El 2013, el año de su centenario, le trajo de regalo una coraza invicta que reluce incluso en los clásicos, con dos triunfos en los dos últimos enfrentamientos. Significativos porque sirvieron para continuar en la Copa Argentina, y porque lleva el rótulo de “oficial” en las estadísticas; y también para acomodar en su vitrina el vistoso trofeo del centenario de la Liga Cordobesa.
Por eso Talleres sigue disfrutando de su temporada veraniega y con pronósticos favorables. Empezará con sangre caliente la B Nacional por la energía extra que otorga ganar un clásico. Su goleador, Klusener, ya alcanzó la temperatura de ídolo por sus goles, cuantitativos y cualitativos. Su técnico ya puso en hervor el modelo B Nacional, que viene cocinando a fuego lento, y su público se encenderá aún más por vencer a Belgrano, haciendo presagiar una campaña de socios caliente.
Así vive sus días el Talleres de Sialle. Después de invernar cuatro temporadas en el infierno del Argentino, de estar en la cueva, en le pozo, el clima en barrio Jardín parece inmejorable. Le ganó otra vez a Belgrano y terminó las Vacaciones de Invierno con la agradable sensación de que se prolonga su veranito.
Goleador de diferencia. Talleres ganó un clásico apenas tibio por la única opción de gol que fabricó, y concretó, en los pies del infalible Klusener. En cambio, Belgrano generó las más peligrosas y se quedó sin nada porque su poder de fuego no alcanza para quemar la red.
Fue poco más que un partido de pretemporada. Los dos sienten la dureza de los trabajos previos y ambos exhibieron torpezas y desajustes típicos de este tramo del año. Había que jugar y jugaron, aunque está claro que los técnicos lo evitarían si pudieran.
El inicio mostró al Albiazul más incisivo, más rápido y vertical, por el triángulo armado sobre el lado izquierdo entre el escurridizo Barrionuevo (insinuó más de lo que concretó), del criterioso Tin Díaz y el atildado Peladito Shaffer. Todo bastante lindo, pero sin llegada.
El Celeste no hacía pesar ser de una categoría superior, pero si su poderío aéreo y de pelota parada. Y con ese expediente armó las dos más peligrosas. Un cabezazo de Aveldaño que desvió con esfuerzo Aguiar, y otro tipo misil de Farré que sacudió el travesaño.
En la segunda parte la iniciativa fue Pirata, por la audacia del Chinito Zelarayán para encarar, más el empuje de Farré y las esporádicas apariciones del Picante, siempre amenazante aunque no esté en su nivel. En esos pasajes, cuando Nievas y Bazzi la bartoleaban, emergió la fiereza de Leyes para combatir. La única de la T fue una chilena de Tevez, muy alta, mientras que el Celeste tuvo un disparo de Zelarayán apenas por sobre el travesaño y una palomita de Renzo Vera que casi se incrusta en su propio arco y devolvió el parante.
La racha ganadora. En 2013, la T jugó 25, ganó 16, empató 7 y perdió 2. Un 73% de eficacia. Lleva 18 sin caer. Dato de @mauricoccolo.
Historial, está ahí. En 390 clásicos disputados, Talleres ganó 131 (95 oficiales y 36 amistosos). Belgrano se impuso en 132 (76 y 56).
Había clima de penales en un clásico bajo cero, pero Klusener es un “goleador de Leyes”. El 5 lo habilitó y el 9 la mandó adentro. Y pudo aumentar cuando Álvarez la tiró a la Artime de frente al arco. Y sufrió cuando Bazzi sacó en la línea el empate Pirata. Y al final, encendió la llama del festejo.
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