Francisco instauró Semana de los Jóvenes y pidió que se pregunten qué quieren de sus vidas. Un día antes de que viaje a Río de Janeiro, para presidir en la ciudad brasileña la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, el papa Francisco ofreció el rezo del ángelus dominical ante varios miles de fieles que asistieron en la plaza de San Pedro del Vaticano e instauro la Semana de los Jóvenes.
En el lugar se destacó la presencia de argentinos con banderas, remeras de Messi y San Lorenzo. Con palabras sencillas y directas el Papa es anfitrión de una atmósfera especial, que no se vivía con Benedicto. Uno de estos puntos pudo verse cuando pidió a la gran cantidad de jóvenes presentes que levanten la mano.
Durante el ángelus, Francisco pidió a los fieles que le acompañen con las plegarias durante el viaje que emprende mañana a Río de Janeiro por la Jornada Mundial de la Juventud, que se prolongará hasta el 29 de julio.
El Papa animó a los jóvenes a preguntarle a Jesús «qué tienen que hacer con sus vidas, cuál es el camino que deben tomar». «Todos los jóvenes que estarán en Río querrán sentir la voz de Jesús, escuchar a Jesús. ¿Señor, qué debo hacer con mi vida?, ¿qué quieres de mí?, ¿qué camino debo tomar», señaló Francisco.
El Sumo Pontífice agregó a los miles de jóvenes presentes en la plaza vaticana, algunos de los cuales portaban pancartas donde estaba escrito «Buen viaje», que también ellos, todos los jóvenes del mundo, no sólo los que estén en Río, deben hacerse la misma pregunta: «Señor Jesús, ¿qué debo hacer con mi vida?».
Además, solicitó a los jóvenes que recen por él. «Les pido que me acompañen espiritualmente con la plegaria en mi viaje que comienzo mañana», finalizó el Pontífice.
Francisco inicia este lunes una visita a Brasil para presidir la Jornada Mundial de la Juventud ante unos dos millones de personas, entre ellas más de 40.000 argentinos, y se espera que dé allí claras directrices para los católicos del mundo.
El primer viaje del pontífice argentino Jorge Bergoglio atrajo a Río de Janeiro a fieles de todos los rincones del planeta y generó gran expectativa en la Iglesia local, que enfrenta un fuerte éxodo de fieles atraídos principalmente por las denominaciones neopentecostales, reportó la agencia de noticias alemana DPA.
Según el censo demográfico de 2010, la proporción de fieles de Roma bajó nueve puntos porcentuales en la última década y cayó al 64,6% de la población, aunque un sondeo del Instituto Datafolha divulgado hoy afirma que la proporción de brasileños que se definen como católicos es hoy de sólo un 57%.
La visita papal, que cubrirán miles de periodistas de todo el mundo, se da en un momento tenso para Brasil, donde en junio último una ola de protestas contra la corrupción y por mejores servicios públicos de salud, educación y transporte llevó a las calles a más de un millón de personas.
El gobierno de Dilma Rousseff movilizará a casi 14.000 efectivos, de los cuales más de 10.000 son militares, apoyados por helicópteros, vehículos blindados, buques de patrullaje y un sistema antiaéreo para proteger al Papa y procurar que los manifestantes no alteren la Jornada, que se extenderá entre el martes y el domingo.
Francisco parece no compartir esas preocupaciones: no usará el «papamóvil» con vidrios blindados y cambió el programa de su primer día de visita: antes de reunirse con Rousseff en el palacio de la gobernación de Río recorrerá en un vehículo abierto la zona céntrica de la ciudad, donde en junio hubo masivas protestas.
Para los analistas, la decisión de estar con la gente antes de encontrarse con los gobernantes refleja la principal marca del papa: el deseo de mantener contacto estrecho y directo con el pueblo para enfatizar el carácter pastoral de la Iglesia católica.
El entusiasmo frente al nuevo pontífice es evidente entre los centenares de miles de fieles que llegan sin cesar a Río para la Jornada desde distintas partes del mundo, pero en especial de su país natal.
El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, comentó hoy que Francisco pidió a los organizadores de la Jornada -también fuera de agenda- reunirse con una delegación argentina, encuentro que podría concretarse el jueves, indicó la agencia de noticias Ansa.
Según el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, al regresar al continente donde nació, Francisco pretende enviar un mensaje para América Latina, una región mayoritariamente católica con graves problemas de pobreza y desigualdad.
«El papa, que conoce profundamente qué es la Iglesia en América Latina y qué es América Latina, tiene muchas cosas que decir sobre el futuro de la Iglesia en ese continente de la esperanza», dijo y señaló que su mensaje tendrá un fuerte contenido social.
«Será un mensaje muy fuerte, de responsabilidad y de orientación hacia ciertos valores de justicia, solidaridad, atención a los pobres, superar las desigualdades sociales, atención a la gente, a los enfermos y minusválidos. Estas personas necesitan ser respetadas y (estar) presentes en la sociedad», apuntó Lombardi.
La preocupación de Francisco por los temas sociales se refleja también en el programa que cumplirá en Brasil, que elude los pasos por los tradicionales puntos turísticos de Río -entre ellos el famoso monumento del Cristo Redentor- e incluye una visita a una favela y a un hospital -para inaugurar un centro de atención a drogadictos- y una reunión con jóvenes delincuentes.
Además, el pontífice incluyó en su visita un viaje a la ciudad santuario de Aparecida do Norte, donde estuvo en 2007 cuando redactó el documento final de la Conferencia del Episcopado de América Latina y el Caribe que había inaugurado su antecesor, Benedicto XVI.
Francisco tendrá su primer contacto con los participantes de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud el jueves en la playa de Copacabana, donde dará su bendición a los jóvenes que le darán una fiesta de acogida.
El Papa volverá el viernes a Copacabana para el Vía Crucis y el sábado se trasladará a la Guaratiba, a unos 40 kilómetros de allí, para inaugurar la jornada de vigilia que terminará el domingo, con la misa de clausura de la Jornada.
Fuente: Ambito
Comentar post