El Papa sigue sorprendiendo y ahora se puso un sombrero indígena. El hecho ocurrió al final del encuentro que mantuvo con la clase dirigente de Brasil, en el Teatro Municipal de la ciudad carioca, y saludó a representantes de los diferentes estamentos sociales. Varios indios, ataviados con sus ropas tradicionales, se acercaron hasta el Papa para saludarlo.
El papa Francisco volvió hoy a sorprender y hacer gala de su informalidad, al ponerse un adorno de cabeza indígena llamado «cocar» que le fue regalado por uno de los 40 representantes de la nación brasileña Pataxó que intervienen en Río de Janeiro hasta el domingo en la Jornada Mundial de la Juventud.
El hecho ocurrió al final del encuentro que mantuvo con la clase dirigente de Brasil, en el Teatro Municipal de la ciudad carioca, y saludó a representantes de los diferentes estamentos sociales. Varios indios, ataviados con sus ropas tradicionales, se acercaron hasta el Papa para saludarlo.
En una fiesta llena de música, de risas de niños y de indios con vestimentas coloridas, el papa se puso una toca indígena de plumas, recibió flores de bailarinas y llamó a representantes de la sociedad civil al diálogo entre todos los sectores para enfrentar las diferencias.
«Un país crece cuando sus diversas riquezas culturales dialogan de manera constructiva: la cultura popular, universitaria, juvenil, la cultura artística y tecnológica, la cultura económica, de la familia y los medios de comunicación», dijo Francisco a la multitud.
Al concluir el discurso recibió el saludo de representantes de la sociedad civil: los niños le entregaron flores y lo cobijaron en un abrazo todos juntos. Luego tres indígenas se acercaron y cuando intentaron arrodillarse para saludarlo Francisco no lo permitió , los tomó del brazo y estando de pie los abrazó y les hizo la señal de la cruz en la frente.
Fue allí cuando uno de ellos, el indio pataxó Ubirai, de 26 años y procedente de Bahía, según versión de diario O Globo, se quitó su adorno de plumas blancas y negras y se lo puso al pontífice, que se dio la vuelta para mostralo a los participantes, que lo aplaudieron y ovacionaron de pie.
El papa Francisco también se reunió esta mañana con obispos y religiosos de la región y los mandó a salir de las parroquias y tener coraje para de difundir el Evangelio.
En el teatro, el papa escuchó el discurso de Walmir Junior, un joven de 28 años de una favela de Rio quien superó la dependencia de las drogas con ayuda de la iglesia y logró graduarse en la Universidad Católica como profesor de historia.
En tanto, una pequeña protesta ocurrió anoche en Copacabana justo antes de que el Papa dejara el escenario donde observó las estaciones de la procesión del Vía Crucis. Algunas protestas más pequeñas han sido convocadas en Copacabana, incluida una marcha para protestar contra la violencia de género.
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