River lo aguantó y se metió en los octavos de la Sudamericana. San Lorenzo lo tuvo varias veces, pero Barovero fue la figura y, después, los de Ramón lo manejaron. Fue 0-0.
accedió a los octavos de final de la Sudamericana porque, en el global de ambos partidos, supo jugar como se debe hacer en definiciones mano a mano por la copa. Aquel 1-0 conseguido en el Nuevo Gasómetro le otorgó una ventaja que supo capitalizar al final de la serie. Sin embargo, sufrió demasiado en el primer tiempo y otro tanto en los minutos finales del segundo.
Con algunas ausencias (Teo y Fabbro con sus respectivos seleccionados), el Millonario intentó hacerse fuerte desde la mitad de cancha. Lo logró, pero sólo por tramos. En otros, los más críticos, San Lorenzo pudo ponerse en ventaja y estirar la definición. Éder Álvarez Balanta, afianzado como el referente del equipo de Ramón -a pesar de su juventud- y, sobre todo, Marcelo Barovero sostuvieron a River durante la temporada de tormentas.
Las tuvo San Lorenzo, sí. Pero nunca sufrió tanto River, que durante gran parte del encuentro supo manejar los tiempos, aguantar a un conjunto de Pizzi que fue mucho contra el arco de Barovero, pero a veces sin demasiadas ideas, más bien a los ponchazos. Correa, Verón, Piatti y el propio Cauteruccio pudieron torcer la historia, pero no estuvieron finos y perdieron el duelo ante el arquero.
Sobre el final, otra vez lo tuvo el Cuervo, y por duplicado. Pero fallaron, bajo el arco, el ingresado Villalba y otra vez Cauteruccio. También pudo liquidar la serie River, con una situación inmejorable que Carbonero desperdició. Y otra que Torrico le tapó a Osmar Ferreyra.
Los de Ramón Díaz, entonces, deberán enfrentar en los octavos de final a Liga de Loja, de Ecuador, el próximo 19 de septiembre. Primero, como visitante. Se abre una nueva esperanza continental para los Millonarios.
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