Diputados aprobó la reapertura del tercer canje de la deuda. La cámara baja la conviritió en ley con 192 votos positivos, 33 negativos y 4 abstenciones. Apoyo al ofcialismo del PRO, la UCR y el Frente Renovador
El revés judicial de los fondos buitre obligó a la Presidenta a enviar un proyecto de ley, a contrareloj, al Congreso y emitir un guiño a la Corte Suprema de Estados Unidos. Con este telón de fondo, la cámara baja dio sanción definitiva, media hora antes de la medianoche, a la ley que habilita la reapertura del tercer canje de la deuda externa, impulsada por el gobierno nacional y que busca poner fin al reclamo judicial de parte de los holdouts.
La cámara baja dio sanción definitiva, media hora antes de la medianoche, a la ley que habilita la reapertura del tercer canje de la deuda externa, impulsada por el gobierno nacional y que busca poner fin al reclamo judicial de parte de los holdouts.
La iniciativa fue aprobada, luego de nueve horas de debate, por 192 votos afirmativos (del kirchnerismo y aliados, más la UCR, el Frente Renovador, el Frente Peronista y otros bloques menores), 33 negativos (de la Coalición Cívica, Frente Progresista y Cívico y Social, Proyecto Sur y Unidad Popular) y 4 abstenciones (de las cívica Elisa Carrió, sus ex compañeras Graciela Ocaña y Marcela Rodríguez y la adolfista puntana Norma Videla).
Al cierre, la titular del bloque K, Juliana Di Tullio, destacó la necesidad de que en una situación como el tema de la deuda reclama actuar en base a la “unidad nacional y el interés nacional” y exhortó a propios y extraños a “estar juntos y pegar todos juntos en una misma dirección”, tras recordar que “los fondos buitre actúan de la misma manera” en todos los países que tienen problemas con sus respectivas deudas.
Antes, su par radical, Ricardo Gil Lavedra, había adelantado el respaldo de la bancada de la UCR al sostener que “la postura que ha tenido en los canjes anteriores la Unión Cívica Radical ha sido poner por encima de cualquier otra consideración política el interés del país por sobre todo”, aunque sostuvo que “los instrumentos que se ofrecieron (desde el Gobierno) para el canje no fueron exitosos”.
Fue el presidente de la comisión de Finanzas de Diputados, Carlos Heller, quien se encargó de informar por el oficialismo el proyecto en tratamiento, al sostener que la estrategia para cerrar un acuerdo con 7 por ciento de acreedores que no ingresaron a los dos canjes anteriores de títulos de la deuda «es una causa nacional que nos tiene que encontrar unidos más allá de las diferencias partidarias».
Recordó que el país “está siendo objeto de despiadados ataques judiciales de los llamados fondos buitres» y aseguró que, el fallo del juez neoyorkino Thomas Griesa, desconoce principios de soberanía nacional y «trato justo y equitativo» hacia los acreedores, para remarcar que la propuesta del gobierno expresa «una vez más la voluntad (de la Argentina) de pagar» su deuda , pero en condiciones que le permitan continuar su crecimiento porque, y recordó al presidente Néstor Kirchner, «los muertos no pagan».
Por su parte, el jefe del bloque de la Coalición Cívica, Alfonso Prat Gay, se quejó de lo que llamó «el doble discurso» del kirchnerismo sobre la renegociación de la deuda externa y aseguró que el país, gracias a los canjes de 2005 y 2010, le «regaló» a los bonistas los cupones del PBI con lo cual terminó pagando más de lo que se debía originalmente a los acreedores.
Opinó que, por eso, es «inaceptable» volver a emitir cupones del PBI para los bonistas que no entraron en los dos canjes anteriores, así como «derogar la ley Cerrojo» porque eso «es ponerse del lado de los fondos buitres», y aunque manifestó cierto escepticismo sobre el resultado del nuevo canje afirmó que desde su bloque no iban a oponerse al proyecto del gobierno.
A su turno, su colega de Unidad Popular, Claudio Lozano aseguró que, a la inversa de lo que plantea el kirchnerismo, para la Argentina «no hay desendeudamiento» y dijo que la reapertura es, en realidad, «el fracaso de un cuento absolutamente mentiroso».
El oficialista presidente de la Comisión de Presupuesto de la cámara baja, Roberto Feletti, defendió la reestructuración al decir que «este proceso le permitió a la Argentina independizar sus políticas públicas del peso de la deuda»; y reseñó que la actual es la «tercera reestructuración de la deuda», ya que las dos anteriores fueron «el plan Brady» -durante la gestión de Carlos Menem- y el llamado «megacanje» en el gobierno de Fernando De la Rúa.
Mientras, el jefe de Proyecto Sur, Fernando Solanas, advirtió que con la reapertura se está convalidando y legitimando «el mayor fraude» e insistió con su propuesta de auditar la deuda y pagar solo «la deuda real».
En ese sentido, recordó que la deuda se comenzó a contraer con la última dictadura militar y que, en la actualidad, se estableció «el mito de que estamos ante una deuda cuasi legitima y que la debemos pagar» y acusó a «esta democracia teñida de mafiosidad porque ninguno de los gobiernos que sucedieron a Jorge Rafael Videla se quiso meter con el tema».
Su par macrista, Federico Pinedo, dijo que, el resultado negativo en los tribunales de Estados Unidos para el país en los juicios sustanciados por los Fondos Buitre, se debió a que el gobierno actuó con «chapucería» así como «por bravuconería y por falta de profesionalismo», para luego indicar que, si se el tema se está debatiendo en el Congreso, no es «porque estamos en medio de un gran éxito. Sino porque estamos en medio de un gran fracaso porque la Argentina ha perdido dos juicios importantes en cortes extranjeras
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