Escándalo, piñas y gritos en la Cámara Nacional del Crimen. Catorce jueces y varios empleados se sumaron en la denuncia al juez Alfredo Barbarosch. El magistrado dice que “se lo quieren sacar de encima”.
La Cámara Nacional del Crimen, uno de los tribunales penales centrales del país, vive una crisis que pone en vilo el normal funcionamiento de la Justicia.
En ese tribunal, uno de sus integrantes, el juez Alfredo Barbarosch, mantiene una contienda con el resto de los jueces y miembros del Tribunal que transformó a la Cámara en un ambiente de conflicto permanente, que incluye denuncias de maltratos por parte de los empleados, peleas de puño entre jueces, gritos y duros enfrentamientos con amenazas y violencia extrema, incluso durante audiencias frente a víctimas y acusados.
Todo se da justamente en la sede judicial que debe velar por el debido proceso de delitos de índole penal que involucren a los ciudadanos comunes.
En esta Cámara, hace una semana, los jueces Mario Filozof, Julio Lucini y Ricardo Pinto confirmaron el procesamiento del portero Jorge Mangeri. Es la misma que procesó a Omar Chabán por estrago doloso y pago de coimas a policías, tras la muerte de 194 personas en Cromañón.
Maltratos. Con tintes de una ficción policial se desatan los hechos que involucran al camarista Alfredo Barbarosch como el “autor de maltratos y conductas violentas contra los empleados”, jueces y fiscales de su tribunal.
El camarista está denunciado por supuestas conductas violentas con los empleados, que incluyen amenazas, la supuesta tenencia de armas en su escritorio y otros hechos que obligaron a sus pares a solicitar que le practiquen pericias psiquiátricas ante el Consejo de la Magistratura para demostrar su supuesta incapacidad de continuar en el cargo. Incluso, 14 camaristas avalaron las denuncias de los empleados en un escrito presentado el 12 de abril de 2012 ante el Consejo de la Magistratura (ver documento).
Por su parte, el juez Barbarosch negó a PERFIL las acusaciones en su contra por violencia laboral y dijo que los camaristas quieren destituirlo desde 2004 “porque les molesto”. “Cómo no me van a odiar si los tengo demandados en lo penal y civil”, sentencia Barbarosch.
“Yo soy un individuo que para ellos no debería estar porque soy absolutamente inconveniente debido a que no me presto a una sociedad de socorros mutuos que ellos integran”, dijo el juez.
“Demandé a ocho de ellos porque en 2007 me pidieron una pericia psiquiátrica que el Consejo rechazó”, agregó.
Allegados a los camaristas negaron las acusaciones de Barbarosch y explicaron que las demandas y querellas iniciadas por el juez fueron desestimadas y que el magistrado fue sancionado en varias oportunidades por la Magistratura.
Las partes en conflicto sólo coinciden en una cosa: aquí no habría bandos políticos. Tanto opositores como oficialistas critican y denunciaron a Barbarosch.
El consejero representante del oficialismo en la Magistratura, Hernán Ordiales, dijo a PERFIL que la situación de Barbarosch les preocupa y que “presentarán un dictamen acusatorio por reiteración de incumplimientos de las normas, acoso al personal e irregularidades en su comportamiento”. Allegados al senador radical y consejero Mario Cimadevilla confirmaron que también analiza la situación.
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