Caso Alós: la viuda pide que la Justicia federal investigue. Acompañada por su nuevo abogado, Carlos Nayi, la mujer se reunió con el fiscal federal Enrique Senestrari. “Lo habían presionado”, aseguró Nayi sobre las últimas horas del oficial.
Luna Rosana del Carmen, la viuda del oficial principal Juan Alós, se reunió ayer a la tarde con el fiscal federal Nº 1, Enrique Senestrari, al quien le expresó su preocupación por la muerte de su marido.
El sábado 7 de septiembre a la madrugada, en una ruta próxima a Bosque Alegre, Alós, policía de Drogas Peligrosas, apareció muerto con un balazo en la cabeza. Desde aquel día, el fiscal provincial de Alta Gracia, Emilio Drazile, asegura que, de acuerdo con la prueba reunida, se trata de un suicidio.
No obstante, Senestrari ha insistido para que le pasen el expediente judicial. Piensa que la muerte de Alós tiene un “contexto” que es el que él investiga. Se refiere a la causa contra varios efectivos de Lucha Contra el Narcotráfico, detenidos e imputados por presunta connivencia con narcotraficantes.
Aunque en un primer momento la familia de Alós fue cauta y evitó expresarse sobre lo sucedido, en las últimas horas la viuda cambió de abogado y, con su nuevo representante, Carlos Nayi, se reunió ayer a la siesta con Senestrari. “Le pidió abiertamente al fiscal que investigara la probable comisión de un homicidio o de un suicidio inducido”, apuntó el letrado.
“De lo irreparable no se vuelve –continuó–, pero ella tiene el derecho de saber qué ocurrió con su marido”.
El miércoles 4 de septiembre, el programa de televisión ADN, de Canal 10, publicó una nota con Juan “el Francés” Viarnes, un “buchón” de Drogas Peligrosas que denunció una serie de ilícitos que, al parecer, cometía un grupo de efectivos de esa área. Además del jefe de Lucha Contra el Narcotráfico, Rafael Sosa, y del comisario Alfredo Saine (hoy presos), fueron nombrados otros uniformados, entre ellos, Alós.
El sábado, este efectivo apareció muerto. En el auto se secuestró una carta, que se presume escrita por él, en la que advertía que estaba mal de ánimo por las acusaciones y nombraba al conductor del programa, Tomás Méndez, y al fiscal Senestrari. Además, explicaba que estaba muy deprimido por la muerte de su padre, ocurrida 30 días antes.
De esta carta también se vale el fiscal federal, al ser aludidos él y el programa de televisión, para pedir la causa.
Ese mismo día, desde fuentes oficiales trascendió que el padre de Alós también había sido policía y que el lugar donde él apareció muerto era el mismo en el que habían esparcido las cenizas del hombre.
No obstante, ayer, la viuda (también es policía), a través de su abogado, remarcó que el padre de Alós jamás perteneció a la fuerza y que, en realidad, a las cenizas las habían arrojado en Monte Comán, Mendoza.
Ahora, al releer la misiva, la viuda también tiene dudas. Asegura que su marido jamás le decía “Rosana”, como aparece escrito, sino que la llamaba “Ro” o “Gorda”. “Tras el programa de ADN , el estado de ánimo de Alós era de preocupación, pero no estaba deprimido, sino entero, lleno de proyectos”, dijo ayer Nayi.
El jueves, agregó el abogado, Alós habría anticipado que ese viernes se iba a presentar de manera espontánea ante el fiscal Senestrari “para decirle toda la verdad; incluso, había elegido su mejor traje”, aseguró Nayi. Sin embargo, siempre según el relato del abogado, recibió una orden de “un superior” para que no fuera.
Ese mismo día, a la tarde, se había encontrado con el suboficial Mario Osorio, hoy también preso e imputado.
Al realizar un repaso de las últimas horas de Alós, su mujer relató (de acuerdo con la versión de Nayi) que el viernes 6 a las 17.40 él la llamó por teléfono tras salir de Jefatura. “Gorda, voy para allá”, le dijo. Preguntó qué había para merendar y también habló con sus dos pequeñas hijas (la mujer está embarazada y espera un varón para los primeros días de noviembre). A una de las niñas, incluso, le preguntó qué caramelos quería que le comprara. A partir de entonces, no se comunicó más. “Él era muy puntual, muy metódico, avisaba siempre si tenía un retraso, por eso su mujer se preocupó”, agregó Nayi. Entre otros hechos extraños, menciona que uno de los policías antidrogas ahora presos, Fabián Peralta Dáttoli, se instaló esa noche en la casa de la familia Alós, en Alta Gracia, cuando aún no se sabía qué había sucedido con el oficial muerto.
Dos fiscales enfrentados
Alós fue encontrado muerto en un auto Renault Clio no identificado y en su mano sostenía su arma reglamentaria. El fiscal provincial Emilio Drazile fue el primero que actuó en el caso. El fiscal federal Senestrari reclama la competencia federal.
Fuente: La Voz
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