Fue en su visita a los niños discapacitados y enfermos del Instituto Seráfico, donde pronunció un discurso emotivo e improvisado, ya que optó por no leer el que llevaba y hablarle directamente a los chicos.
«Estamos entre las llagas de Jesús, estas llagas deben ser escuchadas, deben ser reconocidas», dijo el pontífice en su primera alocución pronunciada en esta localidad del centro de Italia, cuna del patrón del país, San Francisco de Asís, «Il poverello».
Fue un discurso emotivo e improvisado pues el pontífice optó por no pronunciar el que había preparado con anterioridad, y se dirigió a los niños del Instituto directamente.
«Sobre el altar adoremos la carne de Jesús, en él encontramos las llagas de Jesús. El Jesús escondido en la eucaristía, en estas llagas, que tienen necesidad de ser escuchadas», afirmó el papa, que subrayó que esa atención deber llegar por parte de aquellos que se llaman a sí mismos cristianos.
«El cristiano adora a Jesús, busca a Jesús. El cristiano sabe reconocer las llagas de Jesús y hoy todos nosotros aquí tenemos la necesidad de decir que estas llagas deben ser escuchadas», afirmó el pontífice.
Y agregó: «Hay otra cosa que nos da esperanza, Jesús está presente entre vosotros, en la carne de Jesús, en estas personas están la llagas de Jesús».
Francisco subrayó que un detalle «interesante» es el hecho de que cuando Jesús resurgió era «bellísimo, no tenía heridas ni moretones, sino que solo quiso conservar las llagas y se las llevó al cielo».
«Las llagas de Jesús están aquí y están en el cielo delante del padre. Nosotros cuidamos aquí las llagas de Jesús y él desde el cielo nos muestra sus llagas y nos dice a todos nosotros: te estoy esperando», añadió.
Tras su visita al Instituto Seráfico, el pontífice se dirigió a la iglesia de San Damián, para rezar, y desde allí irá a la sede arzobispal, donde se encontrará con los pobres asistidos por Caritas.
Terminado el encuentro, se trasladará a la Basílica Superior de San Francisco, donde será recibido por los frailes del convento y rezará en la cripta donde está sepultado el santo desde hace 800 años.
A las 11 (6 hora en Argentina) celebrará la misa en la plaza de San Francisco para luego almorzar con los pobres de Caritas.
También visitará privadamente las cárceles, donde rezará en la celda de San Francisco.
Por la tarde tendrá encuentros con el clero, las personas de vida consagrada y miembros del consejo pastoral de la diócesis, visitará la Basílica de Santa Clara y a las 17.45 (12.45 hora en Argentina) se reunirá con jóvenes en la explanada ante la basílica, según despacho de EFE.
A las 18.30 horas (13.30 hora en Argentina) se trasladará a Rivotorto, cerca de Asís, donde privadamente rezará en el denominado «tugurio» de San Francisco, donde el santo se cobijaba con los suyos en una choza, y después emprenderá el regreso al Vaticano, donde está previsto que su helicóptero aterrice a las 20 (15 hora en Argentina).
Fuente: Telam
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