Una serie de vídeos, grabados con un teléfono móvil y difundidos a través de Internet, muestran las torturas practicadas a presos de la cárcel de San Felipe, en la provincia argentina de Mendoza (centro-oeste). El funcionario que filmó estas escenas y otros siete de sus compañeros han sido detenidos.
En una de las cintas, un grupo de funcionarios golpea a un preso que está maniatado y tirado en el suelo. Le dan varias patadas en la cabeza y en el estómago hasta que el reo les advierte de que le han podido partir una costilla. Entonces, le cambian de postura, arrodillándole y subiéndole los brazos, y le propinan varios manotazos en el costado.
En otra grabación, dos trabajadores del penal pegan puñetazos en el estómago y en los brazos a un joven interno que está de pie frente a ellos y contra la pared. Tras propinarle varios golpes, los agresores miran al autor del vídeo y deciden cerrar la puerta de la habitación donde se encuentran.
En una tercera cinta, un grupo de carceleros obliga a los reos a correr, en algunos casos desnudos, por un patio interno hasta llegar a sus celdas, apremiándoles con empujones y golpes. Al finalizar la carrera algunos de los funcionarios miran a cámara y saludan sonrientes, uno de ellos mientras sostiene una vara de metal.
Estas son solo algunas de las más de cien filmaciones que existen, según ha señalado el abogado de los reclusos, Diego Lavado, quien tramitó la denuncia el pasado mes de febrero, cuando parte de este material llegó a la Asociación de Protección y Promoción de los Derechos Humanos a la que pertenece.
Por su parte, el ministro de Gobierno, Mario Adaro, ha considerado que estas imágenes son «de una violencia y un maltrato inusitados». «No es el sistema que nosotros pretendemos. Son prácticas que pretendemos erradicar», ha aseverado en declaraciones recogidas por el diario ‘La Nación’.
Comentar post