Las compras en mayoristas permiten ahorrar hasta un 15 por ciento. El ahorro puede ser superior en algunos productos puntuales, especialmente en limpieza y almacén.
Quejas de almaceneros y supermercadistas al formato “híbrido” mayorista-minorista. En épocas en que los precios aumentan por encima del 20 por ciento anual, cada familia debe ajustar sus estrategias de consumo para llegar a fin de mes. Además de –por ejemplo– aprovechar ofertas puntuales, comprar frutas y verduras en las ferias francas barriales y carne en los mercados céntricos, la táctica es buscar mejores precios salteando intermediarios a la hora de llenar el changuito.
En efecto, hacer las compras en mayoristas (donde compran los comerciantes minoristas) ha dejado de ser una tendencia para transformarse en un hábito que replican cada vez más cordobeses. La prueba está en que el formato mayorista-minorista se sigue extendiendo, y no sólo en Córdoba.
Un estudio a nivel nacional que realizó la consultora CCR y que fue publicado por el diario Clarín, reveló que creció un 37 por ciento el volumen de gente que opta por este formato. Mientras en 2012, el 16 por ciento de los consultados dijo haber comprado en un mayorista, en 2013, esa respuesta trepó al 22 por ciento de los encuestados. Según la misma investigación, se trata de una conducta que se está asentando principalmente en consumidores de clase media.
Precios. En un relevamiento realizado por este diario, tanto en hipermercados de formato tradicional como en mayoristas que venden gran parte de sus artículos por unidad (y no sólo por paquete cerrado), la diferencia de precios a favor de estos últimos promedió el 15 por ciento. El análisis se hizo en base a 54 productos de la canasta familiar, desde leche y crema, hasta aceite, huevos, gaseosas y yerba. El listado incluyó, además de lácteos y productos de almacén, también bebidas y artículos de limpieza y aseo personal.
Las mayores diferencias se encontraron en productos de limpieza y en bebidas. Por ejemplo, mientras un suavizante se vendía esta semana a 10,88 en el súper convencional, estaba a 7,09 en el mayorista-minorista (-53%). Diferencias menores, pero también significativas, se evidenciaron en un shampoo Pantene (-35%), en un antitranspirante de hombre Rexona (-26%) y en los pañales Pumpers (-20%).
En bebidas, por caso, se advirtieron brechas de entre el 16 y el 29 por ciento en productos como vinos en caja, energizantes, fernet y gaseosas de primeras marcas. En artículos de almacén, en tanto, la diferencia a favor de los mayoristas también es alta en algunos artículos como galletas dulces (-35%), caballa (-30%), cacao (-25%), sal (-24%) y salsas preparadas (-19%).
Con la excepción de quesos y leche en polvo, en el resto de los lácteos no se apreciaron grandes diferencias. Por ejemplo, los precios de las lechas fluidas, las cremas, las mantecas y los yogures están casi en los mismos valores.
Migración. Además de los precios, hay varios detalles que están facilitando esta migración de clientes hacia los mayoristas. Por un lado, la proliferación. En Córdoba ya hay casi una decena de bocas de este tipo instaladas en varios barrios. Por otro, la posibilidad de comprar prácticamente en las mismas condiciones que en un súper tradicional. Esto es: sin la necesidad de tener que adquirir artículos sólo en packs cerrados y con la ventaja de poder pagar con cualquier tarjeta.
Otro dato: la compra mínima es cada vez menos significativa (ahora promedia los 300 pesos), lo que posibilita que se pueda ir a hacer el abastecimiento semanal de una familia, y no tener que juntar las compras de varios grupos familiares, como se requería antes.
Un tema de volumen. Para Euclides Bugliotti, “la clave (para tener precios más bajos) es el volumen”. En diálogo con Día a Día, el titular de Tadicor y MaMi entiende que ha crecido la cantidad de clientes individuales que compra en mayoristas “porque ahorran mucho”. Y estimó también que la brecha en los precios a favor del formato que viene impulsando desde hace casi dos años “es del 20 ó 25 por ciento”.
Respecto de las críticas que llegan al formato mayorista-minorista desde el Centro de Almaceneros y desde la cámara que agrupa a los supermercados de Córdoba (ver “Los almacenes…” y “Los súper…”), Bugliotti dijo que los mayoristas no son una novedad. “Makro está en Córdoba hace casi 20 años y tiene unas 27 bocas en el país y nunca dijeron nada”.
“Para nosotros, el mayorista es el formato que más funciona ahora y por eso apuntamos ahí. Cuando la gente pueda pagar más y vengan tiempos de abundancia, volveremos al tradicional supermercado”, adelantó.
22 por ciento, lo elige. Según una encuesta, uno de cada cinco consumidores prefiere este formato como lugar de compras.
Almacenes denuncian menos ventas
Hay sectores que no están de acuerdo con el auge de este formato a mitad de camino entre los mayoristas y los minoristas. Uno es el Centro de Almaceneros, cuya posición es “absolutamente crítica”, según dijo a este diario Germán Romero, gerente de la institución.
“Repudiamos el hecho de que un proveedor natural del almacén pretenda captar a los ‘clientes de sus clientes’. Creemos que excede, lejos, la deslealtad”, disparó contra el formato que calificó de “híbrido”. Según el dirigente, la situación es grave en algunos barrios. “La merma en las ventas en los comercios minoristas de la zona de San Vicente, luego de la instalación de un mayorista con este formato, llega al 25 por ciento en volumen”, dijo. Según sus cálculos, han perdido un 12 por ciento de clientes.
Los súper piden una definición
Los supermercadistas locales, agrupados en la cámara del sector, ven con “preocupación” este formato. “Nos interesaría que se defina: o son mayoristas o son minoristas, en especial por el tema del IVA”, dijo Benjamín Blanch, vice de la institución. “A las conversaciones por esto nosotros las entablamos directamente con los proveedores, que los compartimos, pero hasta ahora no hemos tenido ninguna respuesta”, lamentó.
El carrito
Precios. Cuando en 2010, este diario relevó la diferencia de precios entre el formato “mayorista-minorista” y los hipermercados, la brecha promedio fue la misma que ahora: 15%.
Monto mínimo. El valor relativo de la compra mínima es cada vez más bajo, lo que facilita que cada vez vaya más gente que no es revendedor. Hoy, promedia los $ 300.
Conveniente. Los precios más convenientes a favor del “mayorista-minorista” son los artículos de almacén, limpieza, higiene y bebidas.
Tarjetas. Antes, los mayoristas prácticamente no las recibían. Ahora, aceptan casi todas. Esto también es un imán para las compras particulares.
Traslados. Antes estaban sólo en las afueras de la ciudad. Ahora, entraron en los barrios.
Desventajas. Pallets por todos lados mientras se hacen las compras. También van y vienen las “mulitas” (cuidado con los chicos). En los horarios pico, la espera en las cajas es larga. Ciertos artículos sólo se venden por caja cerrada, como algunos fernet y los jugos en sobre. El queso, en algunos mayoristas, también sólo se vende de a media horma. En general, no tienen verdulería.
Volumen. Según los mayoristas, los mejores precios los logran a partir de comprar grandes volúmenes a las industrias.
Fuente: Día a Día
Comentar post