El Papa detuvo su tradicional recorrida de la Plaza de San Pedro previa a la audiencia general de los miércoles para tomar la infusión nacional.
Como ya es habitual, el papa Fransico volvió a romper el protocolo y mostrar su cercanía con la gente al detener el papamóvil mientras recorría la Plaza de San Pedro para tomar un mate que le ofreció un fiel.
Francisco, a quien la presidente Cristina Kirchner le había regalado un equipo de mate un día antes de su asunción formal como papa el pasado marzo, no dudó en beber la infusión argentina típica, para segura desesperación de su servicio de seguridad.
Minutos después, en la audiencia general de los miércoles, Francisco expresó su preocupación y cercanía por el sufrimiento de Irak, y deseó que este país «pueda encontrar el camino de la reconciliación, la paz, la unidad y la estabilidad».
El pontífice explicó que saludaría a una delegación de superintendencias iraquíes que representan a los diversos grupos religiosos presentes y «que constituyen la riqueza del país».
Y entonces invitó a «rezar por la querida nación iraquí, lamentablemente golpeada cotidianamente por trágicos episodios de violencia, para que pueda encontrar el camino de la reconciliación, la paz, la unidad y la estabilidad».
La delegación de superintendencias iraquíes chiíta y sunita, cristiana, yacidita y sabea del Ministerio para los Asuntos Religiosos de la República de Irak, mencionada por el papa, ha estado participando en estos días en el Vaticano de una reunión organizada por el presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, Jean-Louis Tauran.
Se trata de la primera reunión con estas características y con el fin de emprender una colaboración entre el mismo dicasterio vaticano y las comunidades religiosas iraquíes, y con la perspectiva de instituir un comité permanente de diálogo, según informó el Vaticano.
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