En dos años, el valor de la tierra cayó 15%. El precio comenzó a disminuir a fines de 2011. La baja en la rentabilidad del agro y el cepo cambiario dificultan las operaciones. El mercado exhibe un leve incremento en la demanda, en especial de campos agrícolas. Hay ofertas en zonas marginales del país.
En el mercado inmobiliario de campos, los operadores no recuerdan un ciclo de baja y de depresión tan largo como el actual. A tal punto que la caída en el valor de la tierra que se registró a fines de 2011 aún se mantiene estable.
Si bien es muy escasa la cantidad de operaciones, la tendencia es que los precios de los campos de zona pampeana, especialmente los agrícolas y de mayor aptitud productiva, presentan las cotizaciones más firmes; al tiempo que los establecimientos ubicados en la región extrapampeana ofrecen condiciones de venta más flexibles, según precisa un informe elaborado por la compañía LJ Ramos Brokers Inmobiliarios.
“Dentro de la tendencia general de baja de precios desde finales de 2011, la merma en el valor de los campos agrícolas que forman parte de la zona núcleo de Córdoba no fue superior a 15 por ciento, mientras que la caída en los campos ganaderos fue algo mayor ”, según describió Juan José Madero, director de la División Campos de la compañía.
En diálogo con La Voz del Interior, Madero identificó a la caída de la rentabilidad en la producción agropecuaria, debido a la presión fiscal y a la intervención en los mercados de los cereales y de la carne, y al cepo cambiario, que restringe la compra de divisas, como los principales condicionantes de la operatoria de compra y venta de tierras agropecuarias.
Oferta y demanda
Si bien la tierra sigue siendo un excelente refugio de capital, la posibilidad de concreción de operaciones inmobiliarias sigue atada a la voluntad de las partes para buscar soluciones al marco operativo vigente.
Si bien hay un leve incremento de la demanda, con requerimientos específicos, el interés se focaliza en la región pampeana, aunque las operaciones no son fáciles de concretar.
“Quien dispone de divisas es reacio a destinarlas a la compra de tierras. Cuando deciden hacerlo las quiere hacer valer solicitando precios de hasta 30 por ciento por debajo del valor de tasación. Aquel potencial inversor que posee pesos busca oportunidades para poder colocarlos, lo que resulta aún infructuoso en campos de calidad, que son los más buscados”, precisa el informe.
Por el lado de la oferta, la cantidad no varió, pero sí la calidad de los campos. Según Madero, los propietarios en zonas marginales están más abiertos a considerar contraofertas, aunque reacios a recibir pesos. Por su parte, los dueños de algunos establecimientos con menor aptitud en la pampa húmeda también escuchan ofertas. Aunque si no aceptan sus condiciones, prefieren continuar con la explotación o arrendarla.
El inversor
En un escenario de escasas operaciones, el perfil del inversor es local, muy selectivo y busca, casi con exclusividad, tierras en la región pampeana.
Fuente: La Voz
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