Avanza el frente progresista opositor al Gobierno.
Luego de la reunión de Rosario, la UCR, el socialismo y Carrió buscarán mostrar unidad sin discutir candidaturas
Socialistas encabezados por Hermes Binner; radicales comandados por Ernesto Sanz; dirigentes leales a Elisa Carrió; miembros del GEN de Margarita Stolbizer; el Frente Cívico cordobés de Luis Juez, y Libres del Sur están convencidos de que la reunión organizada anteayer por el ex gobernador socialista de Santa Fe, y que culminó con un documento conjunto, fue el puntapié inicial para un largo y trabajoso camino: enfrentar con éxito otras opciones para suceder a Cristina Kirchner cuando finalice su mandato.
Luego de la extensa reunión de anteanoche en Rosario, y con un sentimiento de moderado optimismo, el progresismo no kirchnerista ya avanza en el armado de una propuesta unificada que se basa, al menos por el momento, en tres objetivos.
El primero de ellos será consensuar posturas en el Congreso sobre temas trascendentes como la inflación, la inseguridad y el narcotráfico. El segundo punto acordado establece privilegiar gestos futuros de unidad entre los partidos que componen el flamante conglomerado e invitar a fuerzas afines que todavía no se sumaron.
Por último, los protagonistas se comprometieron a trabajar en un programa conjunto que incluya la resolución, vía internas abiertas, de la disputa por las candidaturas en 2015.
El objetivo de la proclamada unidad es, a criterio de sus protagonistas, muy claro: que la centroizquierda opositora al Gobierno vuelva a verse en la sociedad como verdadera alternativa de poder al kirchnerismo y a otras versiones del peronismo como la de Sergio Massa, doce años después del traumático final de la fallida experiencia de la Alianza.
Julio Cobos, Elisa Carrió y Fernando Solanas no asistieron, pero apoyan la convocatoria opositora.
En principio, de la reunión en la que participaron 18 dirigentes (el gobernador santafecino Antonio Bonfatti y la intendenta de Rosario, Mónica Fein, pasaron a saludar al final) salió un breve documento de tres puntos.
La «declaración de Rosario», un borrador aprobado y convertido en texto luego de algunos intercambios, expresó su reclamo «al gobierno nacional» para que «asuma su responsabilidad por la grave situación ante la crisis energética originada en ámbitos de su exclusiva competencia» y responda en temas graves como la inflación y la inseguridad.
El segundo punto expresó el compromiso en común de «construir una propuesta de gobierno junto con la sociedad civil y los argentinos que creen en la democracia y la República», y el tercero especificaba el contenido de la propuesta, con «un Estado eficaz y transparente capaz de conducir el proceso de desarrollo económico y social» del país.
De todos modos, muchas cuestiones trascendentes -según expresaron a LA NACION varios de los asistentes al cónclave- llegaron después de definido el texto. Sanz, por ejemplo, quedó a cargo de invitar a Fernando «Pino» Solanas a sumarse al frente, y Binner propuso ampliar la convocatoria a «intelectuales y representantes de la sociedad civil».
No se descarta el armado de «gabinetes» en distintas áreas: en el económico, por ejemplo, sobresalen Martín Lousteau, Alfonso Prat-Gay y Javier González Fraga.
«Creemos que el futuro se teje ahora, hay que tener una mirada hacia el futuro y no al pasado, aprender del pasado. La Alianza nos dejó un sabor amargo», afirmó Binner en declaraciones radiales.
«Es importante trabajar en una respuesta fuerte frente a la situación que se vive. Y también es bueno para la democracia que surja una alternativa de poder por fuera del peronismo», afirmó a LA NACION Pablo Javkin, titular de la CC-ARI.
VOLUNTAD DE PODER
«Es muy bueno que haya firme voluntad de construir una alianza política con voz propia frente a los próximos dos años, que van a ser muy difíciles», coincidió Humberto Tumini (Libres del Sur). «Es auspicioso lo que pasó, pero hay que cuidarlo. A nosotros los tropiezos nos cuestan más caros que a los peronistas», advirtió el radical Mario Negri, sin abandonar la mesura.
Un tema no menor, al margen de los acuerdos puntuales, es el de la candidatura presidencial por el espacio. Los distintos espacios enfatizaron que «aún es muy pronto» para definir postulaciones, sobre todo porque hay más de un precandidato en varios espacios (Sanz y Julio Cobos en la UCR, por ejemplo, no ocultan sus ambiciones, al igual que Carrió, Binner y Solanas).
De todos modos, distintos referentes creen que el mecanismo de las PASO servirá para moderar apetencias y poner a cada dirigente en su lugar. Nadie habló, cuando menos en voz alta, de las batallas que sin duda surgirán por candidaturas como la de jefe de gobierno porteño y gobernadores de la provincia de Buenos Aires y Córdoba, por ejemplo, donde la UCR compitió contra fuerzas con las que hoy comparte el incipiente espacio conjunto.
«Lo importante, para nosotros, son los gestos de unidad, que la gente nos empiece a percibir como alternativa real de poder. Lo demás se irá corrigiendo con el tiempo», reflexionó uno de los protagonistas del encuentro, que, de todos modos, le despierta optimismo.
EJES DE UN TEXTO CONSENSUADO
Un documento con críticas al Gobierno y propuestas
Energía e inflación
El texto consensuado le pide al Gobierno que «asuma la responsabilidad» en la crisis energética, la inflación y la inseguridad.
Propuesta en común
La UCR, el PS y los demás partidos se comprometen a construir una «propuesta de gobierno» común.
Otro Estado
Los opositores anti-K adhirieron a un «Estado eficaz y transparente» para lograr el desarrollo y la paz.
Fuente: La Nación
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