LOS MUERTOS YA ASCIENDEN A 3200 Y HAY 600.000 EVACUADOS EN TODO EL PAIS. La Agencia Meteorológica de Japón advirtió que existe un riesgo elevado de una réplica de magnitud 7 o superior. Las tareas de rescate se ven obstaculizadas justamente por la repetición continua de los movimientos. El panorama desolador.
La cifra de muertos por el terremoto de 9 grados de magnitud en la escala de Richter que azotó a Japón y el posterior tsunami ascendió a más de 3200, según un informe oficial, aunque las autoridades reconocen que será un número de víctimas superior, por la enorme cantidad de desaparecidos. Más de 10 mil personas habrían perdido la vida en la provincia de Miyagi, una de las zonas más afectadas, de acuerdo a las autoridades policiales. A tres días del temblor, seguido por un tsunami, la ONU indicó que hay cerca de 600.000 evacuados por la catástrofe y por el riesgo en torno a las centrales nucleares. En medio de las tareas de rescate y en la búsqueda de los desaparecidos, la Agencia Meteorológica de Japón advirtió que existe un riesgo elevado de una réplica de magnitud 7 o superior hasta el miércoles, según estiman con una probabilidad en 70 por ciento.
A medida que pasan los días, el número de víctimas fatales por la catástrofe continúa en ascenso. En la provincia costera de Miyagi, la más cercana al epicentro y una de las regiones más afectadas, más de 10 mil personas podrían haber fallecido, según el jefe de la policía provincial, Naoto Takeuchi. En esa provincia, en la localidad de Higashimatsushima, más de 200 cuerpos fueron hallados, y en la pequeña ciudad costera de Minamisanriku, que prácticamente fue arrasada por las aguas, desaparecieron unas 10 mil personas de sus 17.000 habitantes.
En el puerto de Rikuzentakata, totalmente arrasado por el tsunami, se encontraron entre 300 y 400 cadáveres, un día después de que apareciesen entre 200 y 300 cuerpos sin vida en la ciudad de Sendai. Hasta la tarde del domingo, se habían identificado los cuerpos de 1597 personas y otras 1841 están consideradas desaparecidas, cifras que no incluyen las víctimas mortales halladas en la costa de Miyagi.
Desde que tembló el Este de Japón, unas 590.000 personas debieron dejar sus hogares en busca de refugio. «Unas 380.000 personas fueron evacuadas de las zonas golpeadas por el sismo y el tsunami, y fueron trasladadas a 2050 centros de recepción», informó la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU. Por su parte, la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) señaló que «las autoridades evacuaron además otras 210.000 personas residentes en el radio de 20 kilómetros de la central nuclear de Fukushima». La ONU advirtió además que «numerosas regiones de la costa nororiental permanecen aisladas», y subrayó que las acciones de socorro se ven «obstaculizadas por las continuas réplicas de asentamiento, las alertas de tsunami y los incendios».
Las réplicas de una magnitud de 2 hasta 7 han sido incesantes desde el viernes pasado. Soldados, médicos, sanitarios y voluntarios trabajaban intensamente en las labores de rescate. Tras sobrevolar en helicóptero las zonas devastadas por la catástrofe, el primer ministro japonés Naoto Kan manifestó: «Me di cuenta de la inmensa dimensión de los daños del tsunami». «Zonas residenciales fueron completamente arrasadas en numerosas zonas costeras y los incendios proseguían en otros lugares», explicó después a sus ministros durante una reunión de emergencia en Tokio.
Con el paso de las horas, se pueden ver algunas de las consecuencias del peor terremoto de la historia de ese país. La catástrofe dejó más de 3400 edificios de viviendas en ruinas, de acuerdo a la agencia Kyodo. Un millón de casas siguen privadas de agua potable, y al menos 5,6 millones de hogares siguen sin electricidad. Incluso, como consecuencia del fenómeno, el gobierno japonés advirtió que a partir del lunes podrían producirse cortes de electricidad en Tokio y sus alrededores que durarían hasta fin de abril. El ministro de Industria y Comercio, Barni Kaieda, advirtió la posibilidad de que se produzcan interrupciones en el suministro eléctrico y pidió a las compañías que limiten el consumo. Por otra parte, algunos testigos hablaron de personas que compran abundantes provisiones en los supermercados.
Entre las casas destruidas y las ruinas, están los sobrevivientes y las historias de milagro: como las personas rescatados del tejado de una escuela primaria en Watiri y los 81 náufragos de un barco arrastrado por las inmensas olas del tsunami que fueron encontrados sanos y salvos (ver aparte). En este escenario, más de 1400 refugios de emergencia se instalaron en las cinco provincias del país, muchos de ellos en colegios y locales municipales. En las últimas 24 horas, unos 400 médicos, enfermeras y otros expertos de la Cruz Roja de Japón acudieron en ayuda con «clínicas móviles», anunció la Federación Internacional de la Cruz Roja.
A dos días del terremoto, se mantiene la alarma por fallas en las plantas nucleares a lo largo del país. En Miyagi, se detectó un nivel de radiactividad 400 veces superior al normal, aunque un portavoz de la empresa a cargo de las plantas de la zona dijo que se encuentran en situación estable (ver páginas 2 y 3).
La alarma de tsunami dejó de regir para toda la costa pacífica del país. Sin embargo, se produjeron más temblores en el archipiélago desde el viernes. Los sismólogos advirtieron sobre réplicas de hasta una magnitud de 7 en los próximos días. Incluso, los especialistas temen que se produzca otro fuerte terremoto que pueda causar mayores daños a los reactores de las centrales nucleares Fukushima I y II.
«Existe un riesgo de 70 por ciento de que se produzca una réplica de magnitud 7 o superior» en los tres próximos días, del 13 al 16 de marzo de mañana, declaró el director de la previsión sísmica de esa agencia, Takashi Yokota. La probabilidad desciende gradualmente: será de 50 por ciento del 16 al 18 de marzo.
El Instituto de Geofísica de Estados Unidos (USGS) estableció la magnitud de dicho sismo en 8,9. La Agencia Meteorológica, cuyos propios instrumentos de medición lo habían estimado inicialmente en 8,8, la elevaron el domingo a 9,0. El epicentro se situó 130 kilómetros al Este de la ciudad de Sendai y casi 400 kilómetros al Noroeste de Tokio, la capital. Se convirtió en el sismo de mayor magnitud desde que se empezaron a llevar registros, hace un siglo y medio.
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