Debaten qué hacer con los silos urbanos. Numerosas localidades tienen cerealeras que quedaron en sus áreas céntricas. Las reubicaciones parecen improbables. Apuntan, al menos, a un mayor control.
En cientos de pueblos y ciudades del centro, sur y este cordobés, las instalaciones para acopio de granos quedaron en el centro de cada localidad y no tardaron en aparecer conflictos entre la vida residencial y la productiva.
Un centenar de casos similares podrían anotarse en el mapa cordobés. En varios, se plantearon ideas de relocalizaciones de los centros de acopio, pero en casi ninguno se concretaron. En la mayoría, al menos, se dictaron normas para no permitir que se sumen más.
Los motivos más frecuentes de controversia son el impacto ambiental y sanitario del polvillo que genera el movimiento de granos, más el uso y acopio de agroquímicos para su tratamiento, el ruido industrial, y el tráfico de camiones que involucra esa actividad. Todo eso, a metros de los barrios.
Fuente: La voz
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