El último informe publicado por Naciones Unidas revela que la mayoría de las víctimas fatales eran civiles. Además, detalla que desde enero se registraron 1,2 millones de desplazados por la avanzada terrorista.
La investigación fue efectuada por la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas para Irak (Unami, por sus siglas en inglés), junto con el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.
De acuerdo con el reporte, al menos 1.075 personas murieron y otras 1.189 resultaron heridas entre el 5 y el 22 de junio. «Al menos 757 civiles murieron y 599 resultaron heridos en las provincias de Ninive, Diyala y Salaheddine entre el 5 y el 22 de junio, mientras otras 318 perdieron la vida y 590 resultaron heridas, siempre en el mismo período, en Bagdad y en las regiones del sur», precisó el vocero del Alto Comisionado, Rupert Colville. En mayo, siempre según fuentes de Naciones Unidas, murieron más de 900 personas.
«Esta cifra comprende una serie de ejecuciones sumarias y extrajudiciales de civiles, policías y soldados. Y prosiguen los secuestros en las provincias del norte del país y en Bagdad».
La ONU precisó que entre los secuestrados hay algunos extranjeros. El Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), según la ONU, difundió decenas de videos que muestran tratamientos crueles, decapitaciones y fusilamientos de soldados, agentes de policía y personas en la mira por su religión o etnia.
La ONU también subrayó dos ejecuciones sumarias masivas efectuadas a prisioneros por parte del Ejército iraquí. El informe, asimismo, señaló que desde enero de 2014, hubo más de 1,2 millones de desplazados.
La crisis en Irak se agudizó hace dos semanas, cuando milicianos del EIIL tomaron el control de las principales ciudades del valle del Tigris. El avance de esa agrupación, que quiere instaurar un califato sunita en Irak y en Siria, puede reeditar la violencia sectaria que entre 2006 y 2007 casi separa al país.
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