Las grietas entre De la Sota y Massa se agrandan. La relación entre el gobernador José Manuel de la Sota y el diputado nacional bonaerense, Sergio Massa, parece ir de mayor a menor luego que el exintendente de Tigre plantara dos veces al cordobés, lo que provocó grietas en la relación que lejos están de restablecerse.
Invitado el “tigrense” a un encuentro que De la Sota organizó con la Democracia Cristina (DC), fue el gran ausente, el igual que el plantó que le propinó cuando se realizó el desfile del 9 de Julio en Marcos Juárez, con gran fanfarria para poner el marco político a un futuro acuerdo para ir por dentro de una misma fuerza en las Paso presidenciales.
Claro, Massa estaba ese día en San Pablo mirando la semifinal de Argentina vs. Holanda, y de esta manera eludió la invitación que sus asesores le desaconsejaron.
La verdadera historia de la esquiva relación entre Massa y De la Sota tiene variados condimentos. Para empezar, el “tigrense” no tiene un gobernador de provincia para lucir como alidado, y la figura de De la Sota allí cobra relevancia y es la carta fuerte con la que cuenta el delasotismo.
Sin embargo, los asesores de Massa le indican que mientras este argumento es verídico, real y tangible, también son las encuestas que en la provincia de Buenos Aires le hacen perder apoyos a Massa en virtud de tener catalogado al actual gobernador cordobés como un representante de la vieja política.
Es sabido que Massa quiere convertirse en el representante de la nueva política, o del recambio generacional, y es aquí donde basa su fuerza, o sus votos, mejor dicho.
Y es por este temor que Massa elude juntarse con De la Sota, mientras balancea la ecuación sobre la conveniencia de mostrarse juntos, lo que por el momento sólo se traduce con plantones que al mandamás cordobés ya incomodan cada vez peor.
Fuente: La Mañana
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