Huertas y cocina, formas de aprender, las escuelas municipales suman a su currícula talleres en los que los alumnos aprenden a sembrar y cosechar sus propios alimentos. Muchos chicos trasladan esos saberes a sus hogares. Ciencias Agropecuarias de la UNC hará su aporte para generar más huertas.
El espacio desestructurado, con lógica y dinámica diferentes a las clases tradicionales, que genera estrechos lazos con los docentes a cargo de los talleres y con sus propios compañeros, un lugar donde relacionar y poner en práctica todo lo estudiado en clase. Eso resume un poco la experiencia por la que pasan los chicos de las escuelas que tienen talleres extracurriculares, como son las huertas escolares.
La Municipalidad de Córdoba las implementa desde 1987 en sus escuelas, sin embargo, el paso del tiempo y el descuido de diferentes gestiones hizo que fueran perdiendo fuerza. Hoy, 12 de las 37 instituciones educativas municipales se encuentran llevando adelante el proyecto de huertas escolares.
“El objetivo es construir con los niños conocimientos vinculados al aprovechamiento agrícola del suelo, trabajando no sólo lo relacionado con la educación alimentaria sino también con la educación ambiental. A su vez, el trabajo del cultivo de la tierra y el desarrollo de sus propias huertas tiene impacto en las comunidades a través de la familia de los niños”, explicó la secretaria de Educación municipal, Brenda Austin.
Hace unas semanas, la funcionaria firmó una carta de intención de cooperación institucional y asistencia técnica entre la Municipalidad de Córdoba y la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), para ampliar la cantidad de huertas en las escuelas municipales.
Caso exitoso
La Escuela Saúl Taborda de Villa 9 de Julio es un ejemplo para entender por qué estos talleres son exitosos. En la jornada extendida, los chicos tienen diversos talleres, entre ellos, el de huerta escolar y cocina en las que las docentes trabajan en forma conjunta.
“La preparación de la huerta fue un trabajo en red con los chicos, los papás de los alumnos y la comunidad, nos ayudó mucho una parroquia de la zona para mover la tierra y los escombros que había. Por ahora trabajamos con chicos de quinto grado”, contó la maestra del taller de huerta, María José Barragán.
“Este tipo de trabajo hace que reconozcan todo lo que tienen en su casa. Y todo lo hacemos acá, ellos lo copian y lo realizan en sus hogares, entonces de este modo involucran a la familia”, agregó la docente.
Las maestras de los talleres cuentan con orgullo la evolución y los logros de los chicos. Genera emoción ver los resultados positivos de su tarea.
El cariño que los alumnos tienen hacia las maestras también es visible, a juzgar por los abrazos repetidos, las preguntas realizadas con respeto y la atención que los más de 20 niños ponen a sus “seños”.
Nueva alimentación
El taller de cocina continúa la cadena para llevar los vegetales a la mesa.
Se dicta desde el nivel preescolar hasta sexto grado y también participan 12 madres de los alumnos que se acercan al colegio para aprender a cocinar.
“El proyecto de cocina tiene tres grandes ejes: lo social-comunitario, es decir, llevar el aprendizaje a sus hogares, otro eje es el relacionado a la salud y el otro tiene que ver con el conocimiento de la materia que trabajan”, explicó la docente a cargo del taller de cocina, Silvina Soria.
Los chicos conocen y disfrutan de nuevos alimentos como verduras, frutas, harinas integrales y legumbres.
El jueves temprano, cuando La Voz del Interior llegó a la escuela, los alumnos de primer grado se encontraban en el comedor amasando pan con harina integral relleno de jamón y queso.
Para que cada niño pueda, luego de hornear los panes, identificar el suyo se lo decora con su inicial.
Una hora después, cuando “la seño” Silvina entró a clase con las bandejas llenas de pan calentito, el grito de alegría de todos los pequeños retumbó en toda la escuela. Además de los saberes adquiridos, los talleres generan sin duda lo más importante en los chicos: alegría.
En detalle
Van por más. Actualmente, 12 de las 37 escuelas municipales están llevando adelante el proyecto de huertas escolares.
Convenio. Hace unas semanas, el municipio capitalino firmó una carta de intención de cooperación institucional y asistencia técnica con la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), para ampliar la cantidad de huertas en establecimientos municipales.
Puntos de vista
Nicolás Villarreal. “Le pedí a mi abuela que me compre semillas de habas, las sembré y ya florecieron. Las voy a probar cuando las coseche”.
Valentina Calderón. “Preparamos plantines de diferentes verduras en sachés de leche y cuando estén listos los vamos a plantar en la huerta”.
Aldana González. “Estamos muy contentos porque cosechamos la acelga que sembramos y ahora vamos a preparar ñoquis de acelga en el taller de cocina en la escuela”.
Fuente: La Voz
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