Las ciudades costeras perdieron el mayor ingreso de sus economías. Se desconoce el estado del ecosistema acuático. La radiactividad en el mar complicaría el retorno a la actividad
El maremoto que golpeó a Japón hace dos semanas arrasó con casas, negocios y una industria pesquera que era el sustento de las miles de víctimas en la costa noreste.
Destruyó zonas de acuicultura en alta mar junto con áreas bajas donde los barcos pescan junto a la costa, mientras que la radiación que se escapa de la planta nuclear en Fukushima provoca preocupación por la vida submarina en la región en el largo plazo.
«Los pescadores perdieron sus equipos, barcos y casi todo. Cerca de la mitad de ellos probablemente se salga del negocio», señaló Yuko Sasaki, dueña de un puesto de pescados en Kamaishi, ciudad también afectada. «La pregunta sigue siendo: ¿Qué le hizo el tsunami al mar?», agregó.
En Iwate arrasó granjas de locos (mariscos), erizos, ostras, ostiones y algas que el gobierno local afirma representan un 80% de los ingresos para las pescaderías locales. Yuichi Sato, un empleado civil retirado, afirmó que en el pueblo de Yamada «la industria principal es el cultivo de ostiones y todas las camas fueron completamente arrasadas». «La única forma de hacer que se retome será con grandes subsidios e inversión estatal», destacó.
La industria pesquera de la costa entrega decenas de millones de dólares al año a los pescadores de esa ciudad, una suma mísera comparada con los 300.000 millones de dólares en daños.
«Nuestras industrias del turismo y de la pesca estaban mejorando; ahora están completamente destruidas», indicó Yuji Shirahata, jefe de un equipo de alivio de desastres en la isla de Oshima, en Kesennuma.
Y a pesar de que la actividad se retome, podría ser difícil encontrar compradores por el temor a la radiación. En Fukushima, los niveles de están subiendo en el mar cercano a la planta, que fue dañada en el desastre.
«Tras este tipo de desastre, los erizos de mar y locos podrían estar contaminados. Tenemos que juntarlos todos y empezar todo de nuevo. Hay que reiniciar al mar», aseguró Masashi Sasaki, un pescador de Iwate.
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