LA ALIANZA MILITAR DEL ATLANTICO NORTE SE PUSO AL FRENTE DE LA COALICION QUE ATACO A LIBIA
En Bruselas, los 28 embajadores de los países miembros de la OTAN aceptaron, por unanimidad, tomar el control de las acciones militares en el país árabe que está en estado de guerra civil desde hace un mes y medio.
Tras más de una semana de dudas y desacuerdos, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) decidió ayer asumir el mando de las operaciones militares que la alianza entre Estados Unidos, Francia y el Reino Unido comenzaron hace poco menos de diez días en Libia. «Hemos solicitado al alto mando operacional de la OTAN que implemente la ejecución de esta operación inmediatamente», afirmó el secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen.
Los rebeldes que desde mediados de febrero pugnan por el fin del régimen de Muammar Khadafi avanzaron sobre el este del país y planean tomar el control de Sirtre, bastión del veterano gobernante, durante el transcurso de la jornada (ver aparte). Mientras tanto, quienes lideraron la intervención militar se reunirán mañana para debatir soluciones políticas y diplomáticas al conflicto.
La reunión definitoria en la que los 28 embajadores de los países miembros de la OTAN aceptaron, por unanimidad, tomar el control de las acciones militares en el país árabe que está en conflicto desde hace un mes y medio, tuvo lugar ayer en Bruselas.
Allí, aparentemente, salvaron las diferencias e inquietudes mostradas, por motivos diferentes, por Francia y Turquía, acerca del papel que debía llevar a cabo el organismo y si tal rol debía incluir o no la capacidad de realizar ataques contra personas en el territorio en cuestión.
Turquía, el único miembro de la OTAN de población mayoritariamente musulmana, había mostrado su oposición al operativo de la coalición al temer que los ataques aéreos pudiesen causar víctimas civiles.
«Nuestro objetivo es la protección de los civiles y de las zonas habitadas que estén bajo amenaza de ataques del régimen de Khadafi», agregó Rasmussen al respecto.
Además, el secretario general explicó que el organismo regional sólo se dedicará a intentar frenar el conflicto: «La OTAN implementará todos los aspectos de la resolución (1973) de la ONU. Nada más, nada menos», insistió el secretario general, en referencia al documento a partir del que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas avaló el establecimiento de una zona de exclusión aérea. La Alianza Atlántica ya se había hecho cargo de imponer el embargo de armas en el Mediterráneo y de la zona de exclusión en cielo libio, pero a partir de esta decisión reemplazará a Estados Unidos en la dirección de esa intervención militar realizada por la coalición internacional, bautizada Odisea del Amanecer, en el país árabe desde el 19 de marzo.
Rasmussen precisó que el general canadiense Charles Bouchard fue designado comandante de todas las operaciones de la Alianza en Libia. Sin embargo, el traspaso del mando será efectivo en 48 horas, por lo que en los próximos días las operaciones estarán codirigidas por la coalición y la OTAN.
En cuanto a la naturaleza específica del accionar que tendrá el organismo en Libia, representantes del organismo especificaron a agencias internacionales de noticias que el plan elaborado no prevé una intervención con miras a sostener a los insurgentes que combaten a las fuerzas de Muammar Khadafi.
«La OTAN permanecerá siempre imparcial, no escoge un bando. El objetivo es detener todo eventual peligro para la población, de conformidad con la resolución de la ONU», explicó a medios de comunicación internacionales un diplomático que pidió no ser identificado.
No obstante, los tres países que llevan a cabo la operación intervencionista Odisea del Amanecer no perderán protagonismo.
Ellos y el resto de los doce estados que participan en la operación –incluyendo Emiratos Arabes Unidos, el único estado árabe activasmente involucrado en el operativo– conformaron un colectivo de países cuyo fin apunta a definir acciones políticas y diplomáticas en el conflicto libio.
El grupo, llamado improvisadamente «grupo de contacto», se reunirá por primera vez mañana en Londres, bajo el liderazgo del secretario de Relaciones Exteriores británico, William Hague.
«Habrá mucho por hablar», dijo un funcionario británico. «Debemos empezar a pensar ahora en organizar la paz», sostuvo su par francés, el canciller Alain Juppe.
Además de figuras claves en la intervención en Libia, como la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, confirmaron su participación en el encuentro los ministros de Relaciones Exteriores de más de 35 países. En el marco de esa reunión, Italia anunció que presentará un plan propio que incluye un exilio para el coronel Khadafi.
«Incluso dentro del régimen, hay gente que trabaja en favor de esta solución», explicó el ministro de Relaciones Exteriores italiano, Franco Frattini,en referencia las negociaciones que Italia viene manteniendo con Alemania.
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