Al menos la mitad de las empresas lácteas de la provincia de Entre Ríos se encuentra en situación crítica y desde la propia industria aseguran que si la situación no se revierte comenzarán los cierres.
La sobreoferta de leche, el stock de quesos y la caída de precios en el mercado pone al sector al borde del knock out.
Al inicio de la semana pasada, y con un pedido de reunión con el ministro Schunk, se conoció la noticia que en Santa Fe y Córdoba, que concentra el 90 % de las empresas lácteas del país, ya habían cerrado 20 Pymes producto de la crisis que atraviesa el sector.
En Entre Ríos nadie quiso levantar el avispero en tiempos electorales, máxime porque el ministro de Producción Roberto Schunk había confirmado un encuentro para el cierre de la semana.
Sin embargo, industriales entrerrianos que prefirieron mantener su nombre en reserva confirmaron a Dos Florines que «la situación de las Pymes lácteas de la provincia es caótica», y que al menos 20 de las 50 empresas, que en total brindan unos 500 puestos laborales directos, se encuentran «en situación de quebranto», y que el resto de la industria se encamina a un estado más que complejo.
El principal problema es hoy el excedente de leche fluida que existe en el mercado y las ventas han caído considerablemente, y en este punto no se puede regularizar un promedio en virtud de la estrategia de cada empresa.
En un año en el que se espera que la Argentina termine produciendo casi 800 millones de litros de leche más que en 2010 (la producción total superaría los 11.000 millones de litros), hay un sobre-stock de mercadería en el mercado interno, un derrumbe de los precios que cobran las pymes [en marzo pasado vendían un kilo de queso cremoso a 18 pesos y hoy lo hacen a $ 14 o incluso a $ 12, pese a que en la góndola el consumidor paga por encima de 40 pesos el kilo] y hasta una mayor competencia por parte de las grandes industrias.
Con este escenario, la coyuntura es compleja.
En la reunión con Schunk, Raúl Conte, presidente del CILER (Cámara de la Industria Láctea de Entre Ríos) explicó que «las empresas se ven un poco colmadas de leche por el aumento de la producción y han caído las ventas, por ese motivo nos reunimos con el ministro para ver qué podemos hacer con el excedente de leche». Agregó: «Hoy ya solucionamos el tema, Cotapa se comprometió a tomarnos más o menos unos 70 mil litros semanales, donde las empresas más chicas que están con una coyuntura más difícil, van a salir del paso. Y trabajando a futuro porque vemos que la industria láctea entrerriana va a seguir creciendo», explicó.
Sin embargo, algunos empresarios reconocen que Cotapa no ha logrado equilibrar el mercado, y que esta situación sólo complica más la situación de la empresa que ahora controla el Estado.
«Uno de los motivos por el que estamos así es la fragmentación del sector. Hay muchas cámaras de productores y los industriales estamos también disgregados sin capacidad de lobby. Hay que aprender del sector lácteo y encontrar un eje de trabajo común, porque sino la coyuntura termina favoreciendo siempre a las más grandes (en referencia a Sancor y La Serenísima)», describió una fuente consultada.
CAPACIDAD.
Algo de esto subrayó el secretario general de Atilra, el gremio que nuclea a los trabajadores del sector, Mario Mildemberger, quien durante la reunión entendió que «la única manera de salir adelante es así, uniéndonos, cada uno en su puesto, y pelear la situación».
La mayoría las Pymes no tiene la capacidad exportadora que poseen las compañías más grandes y, encima, deben soportar más competencia de estas compañías, que, a su vez, al no tener más capacidad para secar leche y hacerla en polvo, terminan ofertando más quesos en el mercado interno.
Según un informe que publicó La Nación algunos días atrás, entre el 60 y el 70% de la leche que se produce en la Argentina se industrializa en unas 25 empresas, que tienen, además, el 98 % de la capacidad de exportación. El otro 30 a 40 % de la producción se procesa en más de 600 empresas que sólo tienen productos para el mercado interno, como quesos. En ese trabajo se detalla que otro factor que perjudicó a las pymes es que ya no se hacen pases de leche entre las empresas que tienen dificultades para su comercialización y aquellas que se encuentran en una mejor situación. «Hay productores que no han cobrado en los últimos tres meses», afirma el informe.
Ayer, en tanto, se conoció que en la provincia de Santa Fe los precios mayoristas de los quesos de consumo masivo cayeron entre 14 % y 18 % en los últimos tres meses, mientras que en ese mismo período los valores minoristas subieron entre 8 % y 18 %. Según un relevamiento realizado por la Asociación de Pequeñas y Medianas Industrias Lácteas (Apymil), el precio mayorista promedio del queso barra (Tybo) en Santa Fe es actualmente de 19,9 $/kg, mientras que a fines de julio pasado se encontraba en 23,2 $/kg. En tanto, el precio en góndola en ese mismo período pasó de un promedio de 52,7 a 59,3 $/kg.
Con este escenario, en Entre Ríos se vaticina el peor de los escenarios, y el Gobierno provincial ha tomado cartas para intentar encontrar una solución que resulta difícil debido a que la provincia posee una baja participación en las cuencas lecheras y el mercado termina imponiendo sus condiciones.
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