El trigo, con proteínas bajas pero buena calidad industrial. La Bolsa de Cereales de Córdoba y el Inta presentaron los resultados del primer monitoreo realizado en la provincia. Bolsa de Cereales de Córdoba y la dirección regional Córdoba del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) presentaron los datos del primer monitoreo provincial de calidad de trigo.
Silvina Fiant, coordinadora del Departamento de Información Agroeconómica de la entidad bursátil, informó que se analizaron 235 muestras; estas totalizaron 361 mil toneladas, nueve por ciento de la cosecha récord estimada en 4,1 millones de toneladas.
Según Lucas Cerino, miembro del DIA, hubo dos factores que favorecieron la producción triguera: el primero, las lluvias por encima del promedio en momentos críticos para el cultivo.
El segundo, el aumento de la fertilización, ya que se pasó de un 46 por ciento de superficie con aplicaciones de nutrientes en la campaña 2015/16, a 68 por ciento en el último ciclo.
Esto generó un rendimiento ponderado promedio de 35 quintales por hectárea, ampliamente por encima de la media histórica, que se sitúa en torno de 28 quintales; el problema es que, a pesar de las mayores dosis de nitrógeno aplicadas, el balance de este nutriente fue negativo en la mayoría de los cultivos, ya que se fertilizó pensando en rindes promedio y no en valores extraordinarios.
Así, los niveles de proteína, principal factor que observa la industria a la hora de ponerle precio al cereal, estuvieron en 10,4 por ciento; por encima del 10,1 por ciento de la campaña anterior, pero por debajo del 11 por ciento que se considera el mínimo ideal.
En general, la mayor parte del trigo cosechado en Córdoba fue Grado 2; es decir que, en teoría, no recibió bonificaciones ni rebajas. El 71 por ciento del cereal recolectado estuvo en esa condición, debido a la presencia de materias extrañas, panza blanca, granos quebrados y/o chuzos y bajo peso hectolítrico.
En tanto, el 23 por ciento fue Grado 1, lo que significa que debería haber obtenido bonificaciones del 1,5 por ciento sobre su cotización oficial. Los granos de mejor calidad se obtuvieron en los departamentos Río Segundo, San Justo, Totoral y Tercero Arriba.
El resto, que estuvo en Grado 3 y lejos del estándar de comercialización, se concentró en el departamento Tulumba, donde el grano estuvo muy afectado por altos porcentajes de panza blanca.
Calidad industrial
No obstante, “a pesar de que la proteína fue baja, la calidad industrial fue buena lo mismo”, subrayó Martha Cuniberti, del Laboratorio de Calidad Industrial del Inta Marcos Juárez.
Explicó que, en el potencial panadero del trigo, influyen 25 parámetros y que, en esta oportunidad, el gluten fue más elevado del esperado para los niveles de proteína alcanzados.
Técnicamente, la relación gluten sobre proteína aumentó con respecto a otras campañas, lo que favorece a la fuerza panadera y al volumen de pan. También señaló que el rendimiento harinero fue muy bueno, lo mismo que el nivel de cenizas en grano y la relación de rendimiento de harina sobre cenizas, un aspecto que la molinería evalúa como favorable.
La experta del Inta llamó a los productores a seguir trabajando para mejorar la calidad, teniendo en cuenta que el saldo exportable de esta campaña podría acercarse a los nueve millones de toneladas y que “la calidad industrial es lo que más observan los mercados importadores”.
Fuente: La Voz
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