Científicos aseguraron hoy que los cambios en la dieta del rodeo bovino, que cada vez se engorda más en corral y menos con pastos naturales en los campos, puede afectar el sabor de la carne vacuna y darle gusto a cerdo.
Se trata de un cambio en el sabor que ya es detectado por los consumidores y que «está asociado con la transformación registrada en los sistemas de engorde», indicaron expertos del Instituto Nacional de tecnología Agropecuaria (INTA) de Argentina.
Enrique Pavan, un investigador de ese organismo, explicó que ha habido un aumento en la proporción de vacunos para faena engordados a base de alimentos industrializados, como algunos derivados de semillas oleaginosas, «lo que a veces puede afectar el sabor de la carne».
Según el experto, este tipo de dieta a base de concentrados con una alta composición de ácidos grasos contrasta con la de los pastos naturales, que por años ha sido la fuente de alimentación de los rodeos en Argentina, país que se ganó buena fama por la calidad y el sabor de sus carnes vacunas.
En declaraciones difundidas por el Gobierno argentino, Pavan explicó que cuando este tipo se suplemento dietario es excesivo o se da a los animales por un tiempo prolongado «se genera un cambio en la proporción los ácidos grasos que podría modificar el sabor de la carne».
Según el INTA, como consecuencia de la introducción y extensión de este tipo de prácticas alimentarias en los bovinos, la composición de ácidos grasos de vacunos y porcinos tendió a semejarse.
«En la medida que la proporción de aceites de cereales u oleaginosas aumente en la dieta de los vacunos, la composición de ácidos grasos de la carne vacuna se asemejará cada vez más a la del cerdo y, en consecuencia, su sabor también será más parecido», explicó Pavan.
Comentar post