La provincia de Córdoba tiene suelos productivos, un clima benigno, emprendedores, una población capacitada para estos desafíos; lo único que le falta son políticas públicas serias y un Estado que gestione.
Tenemos que plantear un proyecto agropecuario en la provincia de Córdoba, cuya visión no considere al sector sólo como generador de materia prima, sino como la primera etapa de un proceso cuya culminación sea la colocación de los productos terminados en las góndolas.
Para esto, no sólo vamos a necesitar mayor cantidad de materia prima, sino que debemos ofrecerle al emprendedor privado todas las herramientas necesarias para el armado de un eficiente complejo agroalimentario.
Respecto de potenciar la producción de materia prima agropecuaria, lo primero que hay que corregir es la matriz productiva provincial: que vuelvan la vacas al campo –activar el sector de cría, invernada y lechería– y balancear el sector agrícola, incentivando las rotaciones de los cultivos –hoy la proporción es un 30 por ciento de gramíneas, y un 70 por ciento, oleaginosas– y la incorporación de nutrientes, para lograr un sistema sostenible en el tiempo.
Debemos alentar que en vez de vender o exportar granos, los transformemos en carne de pollo, de cerdo o novillo. Promocionar la industria del etanol –que no sólo origina energía sino subproductos para la producción de carnes y lácteos– o biodiésel –con las mismas características–, con el objetivo de bajar los costos productivos de un sector primario que se desarrolla en una provincia mediterránea.
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