El uruguayo Wilmar Valdez declinará su postulación; será el tercer presidente guaraní de forma consecutiva, tras los mandatos de Leoz y Napout, ambos detenidos por el FIFAGate
El complejo de la Confederación Sudamericana de Fútbol se alista para una doble jornada decisiva. A la reunión del comité ejecutivo que se realizará por la tarde de hoy le seguirá el Congreso Extraordinario, convocado para mañana a las 10 de la mañana. Las reuniones dejarán dos conclusiones: el paraguayo Alejandro Domínguez continuará con la dinastía de presidentes guaraníes, que inició Nicolás Leoz y siguió Juan Ángel Napout, ambos con prisión domiciliaria por su implicancia en el FIFAgate. Además, el uruguayo Wilmar Valdez, el otro aspirante al cargo máximo hasta la semana pasada, declinará su postulación y buscará, con el apoyo de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), la tercera representación que, a partir de febrero, le corresponderá a Conmebol en la FIFA. Las otras dos ya están decididas y serán para Brasil y Argentina. La delegación sudamericana en Zurich se completará con Domínguez, quien tendrá asegurada una vicepresidencia en el comité ejecutivo de la FIFA.
El salón Copa América I del hotel contiguo a la sede de la Conmebol será testigo de la conferencia de prensa previa a las reuniones. Allí está previsto que Valdez haga el anuncio oficial de su renuncia a la candidatura. Y admita en público los motivos que lo llevaron a tomar esa decisión. Según pudo reconstruir canchallena.com, Valdez ya sabía en diciembre, cuando quedó como presidente interino del fútbol sudamericano, que no tenía el apoyo unánime de todas las federaciones. El suyo era un poder heredado y forzado por la renuncia de Napout, preso en Nueva York.
Para evitar gobernar en medio de la discordancia, se fijó el 26 de enero como fecha para las elecciones. Y desde ese momento intentó revertir la situación. «¿Vos pensás que este monstruo puede gobernarse sin el acuerdo de Brasil y Argentina?», preguntó un dirigente que conoce los pasillos de la sede de la Conmebol. Es que la Confederación Brasileña de Fútbol se alineó casi de inmediato detrás de Alejandro Domínguez, el presidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) que aquí juega de local. La ratificación del brasileño Fernando Sarney como representante ante la FIFA rubricó aquel apoyo.
¿Y la AFA? Domínguez se reunió hace unas semanas en Buenos Aires con Daniel Angelici y Luis Segura, dos de los hombres más poderosos del fútbol argentino. También estaba invitado el tesorero Matías Lammens, pero no acudió. En el cónclave, celebrado en un hotel porteño, se resolvió que otra de las sillas en el comité ejecutivo de la FIFA quedaría para la Argentina. Y, además, se avanzó para que la AFA mantuviera la secretaría general de Conmebol, el cargo que hasta el 3 de diciembre ejercía José Luis Meiszner, hoy con prisión domiciliaria.
Está previsto que Segura arribe a la capital paraguaya en horas de la tarde. Junto a él volarán Rodolfo D’Onofrio, Daniel Onofri y Nicolás Russo, los tres congresistas argentinos. Daniel Angelici completará la delegación argentina. Lammens, quien también estaba invitado, optó por quedarse en Buenos Aires, abocado a su rol de tesorero de la AFA. Cuando los directivos argentinos arriben a la sede de la Conmebol serán recibidos por Domínguez y Valdez. Pero también por el español Ángel María Villar (presidente interino de la UEFA y padre de Gorka, director general de Conmebol) y Gianni Infantino, secretario general del fútbol europeo y candidato a presidente de la FIFA. «Estar acá forma parte de la campaña. Voy a todos los congresos continentales», le dijo Infantino a canchallena.com. Tanto él como Villar podrían pasar desapercibidos en cualquier barrio porteño. Vestían un pantalón raleado y una remera holgada. Ni rastros de su estatus de dirigentes VIP del fútbol mundial.
Aquí también habrá definiciones para los clubes. La reunión de comité ejecutivo de hoy podría servir para que los integrantes de la Liga Sudamericana planteen su reclamo por el exiguo incremento en los premios de la Copa Libertadores. Se quejan de que apenas aumentaron un 40%, mientras que la suba en los ingresos de la Conmebol por los derechos de TV supera el 200%. Pretenden clarificar los números y sacar una mayor tajada. Y que la confederación elimine la tasa del 10% de la venta de entradas para los partidos internacionales que les retiene.
Fuente: La Mañana
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