Brasil dominó el partido ante Venezuela de punta a punta, generando 19 remates al arco a lo largo de los 90 minutos, y señalando dos goles que fueron anulados a instancias del VAR, razón por la cual terminó 0 a 0 un partido que mereció ganar con amplitud ante los dirigidos por Rafael Dudamel que así, con dos paridades en blanco, tienen chances de estar en cuartos de final de la Copa América desde el Grupo A.
Los brasileños se fueron hasta el norte de su país para hacer pesar la historia ante la limítrofe Venezuela, buscando imponerle a través de ella la mayor jerarquía de sus futbolistas y doblegarla con el peso de su camiseta.
Y en realidad todo esto pasó a lo largo de los 90 minutos que se desarrollaron en el estadio Arena Fonte Nova, el mismo donde el sábado pasado Argentina cayó ante Colombia, un lugar más cercano a la geografía de los «cafeteros».
Por eso el público de Salvador esperaba por otra fiesta, similar a la que vivieron los paulistas en el partido inaugural ante Bolivia, al que los dirigidos por Tité vencieron por un lógico y contundente 3 a 0.
Por contrapartida los venezolanos venían de empatar sin goles con Perú, «a priori» el otro candidato a quedarse con los dos primeros lugares del Grupo A, también con dos goles anulados mediante el VAR al equipo dirigido por el «Tigre», Ricardo Gareca.
Y el partido transitó por los caminos de la lógica desde el primero al último instante, con Brasil dominando y repiqueteando sobre el arco defendido por el muy buen arquero venezolano Wuilker Fariñez, pero sin lograr vulnerarlo por las vías «reglamentarias».
Es que el VAR ya obliga a modificar el lenguaje futbolero, porque si bien Brasil convirtió dos tantos en el segundo tiempo, a los 26 y 41 minutos, por intermedio de Gabriel Jesús y Philippe Coutinho, lo concreto fue que el árbitro chileno Julio Bascuñán anuló ambos a instancias del VAR, el primero por posición adelantada de Filipe Luis y el segundo por la misma falta de Roberto Firmino.
Las llegadas sucesivas de los locales, que nunca tuvieron ni siquiera un sobresalto en alguna contra aislada de Venezuela, hicieron que tanta superioridad determinara una gran injusticia en el resultado para los anfitriones, casi tanto como los silbidos y abucheos de reprobación que recibieron de los aficionados bahianos.
Claro que lo mismo le había sucedido a los jugadores brasileños en el partido inaugural del certamen en el estadio Morumbí el pasado viernes, cuando también recibieron la reprobación de los paulistas, demostrando que después de actuaciones fallidas de los últimos tiempos, desde que organizaron el Mundial de 2014 hasta el de Rusia 2018, con dos Copas América en el medio, el «scracht» dejó de ser ese órgano sensible que tiene el paladar del aficionado «verdeamarillo».
Ahora Brasil comparte con cuatro puntos el liderazgo del grupo A junto a Perú, aunque con mejor diferencia de gol (+3 contra +2), ya que los «incaicos» se impusieron por 3-1 a los bolivianos, que cierran la zona sin unidades (-5), mientras que Venezuela se sitúa en el tercer puesto con dos unidades (0) y la gran chance de meterse en cuartos de final venciendo a los del Altiplano en la tercera y última jornada de la fase de grupos.
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