La promesa cantada desde la cabecera del Kempes en la noche del pasaje a octavos de final, cuando le ganó a Estudiantes 2 a 0, de “ir de caravana en la Sudamericana”, se cumplió a pleno por los hinchas de Belgrano y tuvo su broche espectacular con el triunfo 2-1 sobre Coritiba, que le deja la llave encaminada para la revancha del miércoles
Los hinchas de Belgrano coparon shoppings, bares, calles y se hicieron sentir en el estadio de Coritiba. Se fueron felices… Desde temprano se vieron camisetas celestes por todos los rincones de Curitiba. Y hubo fiesta en todas partes y mucha alegría con cuatro mil hinchas desbordando alegría.
El patio de comidas de uno de los shoppings que están cerca del estadio fue el primero en recibir a los celestes de avanzada. Cantaron, bailaron y hasta fueron retados por la seguridad del lugar que les pidió cordura.
La espera se hizo entre cerveza y cerveza, el clima fresco no calmó la sed de los piratas que viajaron casi 36 horas en ómnibus (la mayoría) para presenciar este partido histórico en la vida del club.
“Estoy de luna de miel… estamos locos por Belgrano” dijo Fernando, un hincha que mostró su anillo de bodas, y su flamante esposa (Silvia), también enfundada en la casaca celeste, sonreía junto a él. Unos chicos de Villa El Libertador metieron 30 horas sin parar para llegar. “’Tamos loco… había que dejar todo para ver este partido”, gritaron.
La hora del partido se acercó y encendió más las gargantas de los hinchas cordobeses. Por el otro lado, la torcida de Coritiba pobló las calles junto al estadio y le metió su fiesta de fuegos y bengalas. Mucho color, mucho amor por los colores de las dos partes y buena onda entre unos y otros.
Fotos de un lado y del otro, cánticos en portugués y en español como para que ninguna de las dos partes entendiera mucho lo que la otra decía… “Que les vaya como el orto”, gritó un pibe de Bella Vista, y el brasileño respondió con una sonrisa. La gente se acomodó a las puertas del estadio. La calle fue la cabecera sur del Kempes o la que da a la cervecería en Alberdi. Se agitaron las banderas y las jarras con fernet se pasaron de mano en mano.
Minutos antes de las 20, las puertas se abrieron y la fiesta de Córdoba se trasladó hacia el interior del estadio. El Celeste pobló una cabecera, los trapos del aguante, esos que viajan por el país y que ahora lo hacen en forma internacional, se colocaron prolijamente para que todos lean los mensajes del corazón que ellos traen.
Armando Pérez se paró desde el campo de cara a los hinchas y recibió una ovación, enmarcando el momento de alegría que vive Belgrano, porque está en octavos de la Sudamericana, en cuartos de la Copa Argentina y afianzado en Primera.
Miles de trapos colgados en un sector casi que le quedó chico a tanta gente y ni qué hablar de tanta pasión. Casi hora y media antes del inicio se escuchó cantar sin parar a los piratas, que por momentos fueron locales.
Así está Belgrano, de caravana en la Sudamericana, con su gente, su música, su fernet en botella de plástico cortada, con la distancia hecha añicos por una forma de sentir que se escribe con sangre celeste.
Ag. de Noticias: Mundo D
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