Con un gol de Leonardo Pisculichi, el «Millonario» derrotó 1 a 0 al equipo de Arruabarrena, que terminó con ocho por las expulsiones de Jonathan Silva, Gino Peruzzi y el Cata Díaz. Maidana también vio la roja
El José María Minella fue el escenario del primer Superclásico del año. Si bien ambos planteles estaban a la espera de la llegada de refuerzos, Boca y River salieron a la cancha con el mejor material que tuvieron a su disposición. Los fuegos artificiales que acompañaron a la salida de los protagonistas fue un show acorde a lo que propusieron los entrenadores.
Como se presuponía, a pesar de que no haya sido por los puntos, el duelo comenzó tan friccionado que las protestas, los empujones y las patadas le dieron una intensidad muy notoria a la noche veraniega.
Como la defensa de Marcelo Gallardo se paró en línea, las combinaciones entre Nicolás Lodeiro y Carlos Tevez estuvieron cerca de abrir el marcador de forma prematura. Los toques del Apache y del uruguayo ocasionaron un peligro en el área de la banda, que de no ser por Marcelo Barovero, el grito xeneize se hubiese establecido de inmediato. Un despeje de Lucho Gonzáles y un rebote en Jonatan Maidana descolocaron a un arquero, quien demostró una extraordinaria reacción para enviar la pelota al corner.
A los diez minutos se produjo la acción que ejemplificó el clima que se vivió adentro de la cancha. Una dura patada de Jonathan Silva sobre Gabriel Mercado obligó a Patricio Loustau a mostrarle la cartulina roja al lateral. Fue una infracción innecesaria que sacó de la cancha al ex Racing por la dureza del golpe. Su lugar fue ocupado por Milton Casco.
La expulsión confirmó el desconcierto en los dirigidos por Rodolfo Arruabarrena. Sobre el primer cuarto de hora una mano insólita de Tevez le permitió a Leonardo Pisculichi festejar el 1 a 0. El experimentado delantero sorprendió cuando se encontraba en la barrera en un tiro libre ejecutado por Rodrigo Mora y el árbitro no dudó: penal. Desde los 12 pasos el ex Argentinos engañó a Agustín Orion y encauzó la victoria de la entidad de Núñez.
Si bien el ídolo boquense tuvo la chance de llegar a la red, la presión de Maidana y la ausencia de la suerte hicieron que el balón se vaya a centímetros del palo. Los del Vasco demostraban que querían dar pelea, aunque la violenta patada de Cubas a Lucho González estuvo cerca de liquidar el pleito: si el colegiado expulsaba al volante central la misión de empatar con 9 se presentaba imposible.
En el complemento se confirmó la tendencia agresiva de Boca. Otra descalificadora infracción de Gino Peruzzi sobre el Pity Martínez le bajó el telón a las esperanzas del «Xeneize». Con la diferencia numérica River gestó un monólogo y la producción futbolística se basó en el dominio territorial.
Si algo le faltaba a la noche era una nueva tarjeta colorada al Cata Díaz, por un presunto insulto al colegiado. El choque desnaturalizado concluyó con empujones, cachetazos y simulaciones que terminaron con las expulsiones a Jonathan Maidana y Pisculichi, aunque el autor del único gol del partido ya se encontraba en el banco de suplentes. A pesar de la actitud violenta de los hombres del «Xeneize», el que dio el primer golpe fue el «Millonario».
Fuente: La Mañana
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