A 40 años de la tragedia de Los Andes, donde miembros del equipo uruguayo de rugby Old Christians perdieron la vida, se jugó un partido en conmemoración contra Old Grangonian, con sobrevivientes de aquel accidente
Vale mucho más que un try convertido sobre la hora. El partido que se disputó en las instalaciones de Old Grangonian, en Santiago de Chile, tiene un valor que va más allá de lo deportivo. A 40 años de la tragedia de Los Andes, donde un avión que trasportaba al equipo de Old Christians se estrelló en la cordillera y dejó un lamentable saldo de 29 muertos, entre ellos varios jugadores, se jugó un partido homenaje, que tuvo mucha emoción. Estuvieron presentes, y en cancha, algunos de los sobrevivientes del accidente, y también Sergio Catalán, el arriero que los encontró el 13 de octubre de 1972.
El suceso que todos recuerdan y que se hizo película (NdeR: ¡Viven!) golpeó fuerte en las comunidades uruguayas y chilenas, también a la arentina, ya que ocurrió de este lado de la frontera. El avión que trasportaba al equipo charrúa se estrelló a 3.500 metros de altura y los jugadores y familiares vivieron momentos terribles. Estuvieron dos meses perdidos entre las montañas. Roberto Canessa y Nando Parrado, dos jugadores de Old Christians, caminaron cerca de diez días por la cordillera y se encontraron con Sergio Catalán, quien inició el rescate. Los 16 sobrevivientes, en conjunto con Old Grangonian, equipo con el que iban a jugar, conmemoran este hecho año a año.
El 40° aniversario se llevó a cabo en tierra chilena -organizan una vez cada país- y tuvo momentos emotivos. Luego de una visita al presidente Piñera, hubo un homenaje con helicópteros UH-1H, los mismos que realizaron el rescate, y un encuentro entre los uruguayos y Catalán, que acaba de cumplir 90 años. A Parrado le entregaron la agenda que llevaba su hermana al momento del accidente (falleció en el fuselaje del avión) y 16 paracaidistas llenaron la cancha con banderas de Chile y Uruguay. Luego de los himnos, se jugó el partido entre los sobrevivientes de Old Christians frente al equipo del Old Gragonian que los esperaba para enfrentarlos en la misma cancha en 1972. Más allá de las canas y los más de 60 años en cada rugbier, la ovalada fue de mano en mano y la amistad pudo con la catástrofe.
“Fue una jornada deportiva, de amistad, de emociones, el llegar en los helicópteros tal como hace 40 años, son momentos que guardaremos en nuestras memorias. Porque realmente uno piensa que podríamos haber estado muertos, enterrados en un glaciar, pero no. Estamos aquí jugando con nuestros amigos chilenos,” contó Parrado. “Hoy nos toca ser viejos y los valores y lecciones de las que nos hablaban los veteranos de nuestra época, que nos parecían tan aburridos, ahora toman plena vigencia. Es una alegría tremenda el estar acá nuevamente en Chile”, agregó Canessa, otros de los sobrevivientes. “Es muy lindo estar en Chile y es emocionante jugar en memoria de todos los fallecidos”, completó Juan Martín Llovet, hoy capitán de la Primera de Old Christians. Pasan los años, las generaciones, pero no se olvida de un hecho que fue una tragedia pero unió a dos países.
Fuente: Ole
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