Ya no veo más fantasmas. Palabra del DT. El técnico va al hueso y dice que «quizá a algunos no les gusta» su cara y por eso lo cuestionan. Pidió tranquilidad desde dentro del club.
Día de entrenamiento en Talleres. Sí, el fútbol está de receso, pero el cuerpo técnico de la T no para: quiere más. Héctor Arzubialde es el hombre más buscado en la Boutique. Todos le quieren preguntar cómo se siente tras el desahogo que significó el 4-1 a Juventud Unida en el cierre de 2010, resultado que le permitió al Matador irse a 2011 como puntero de la Zona 2 del Argentino A.
«Yo siempre estuve tranquilo y trato de llevarle tranquilidad a los jugadores. No podía ser que dos derrotas (ante Racing y Sportivo) nos tiraran abajo. Puertas adentro, el vestuario siempre estuvo bien. Pero no puedo manejar lo que pasa puertas afuera. Escapa a mí. Que la gente se quede tranquila porque el vestuario de Talleres está bien», dijo el entrenador a La Mesa del Fútbol de Radio Suquía.
Esa declaración apuntaba a las versiones que dieron cuenta de que una derrota del equipo ante los de San Luis hubiera puesto fin a su ciclo. «Quizá mi cara no gusta. Capaz que como me ven caminando por la calle, como una persona normal, piensan que no estoy capacitado. Tal vez tengamos que hablar con mi cuerpo técnico en otro idioma o en porteño, así impresionamos mejor», tiró Arzu. «Se dijo que mi hermano (su ayudante de campo) tenía mala relación con el plantel. Me enteré por los jugadores que, cuando me lo contaron, se rieron. No puedo salir a los medios a decir: ‘Mi hermano se lleva bien con todos'», agregó.
Sobre si su continuidad es evaluada fecha a fecha, respondió el técnico: «Yo no veo fantasmas, que quede claro. Esto es Talleres y acá hay que ganar y ganar. Pero nosotros y los jugadores sabemos que el objetivo es el ascenso. Está implícito eso, no hay que andar diciéndolo a cada rato. Sobre que ya tenemos bastante problemas con estar en esta categoría, falta que desde dentro del club empecemos a complicarnos para que nos coman los de afuera. Por eso trato de llevar tranquilidad. Me siento capacitado para trabajar en Talleres. Ni yo ni mis colaboradores somos improvisados».
También recordó la dura derrota con Racing. «Se me cuestionaron los cambios de ese partido, pero en el entretiempo tenía que hacer variante de sistema porque tenía a algunos jugadores golpeados y no quería que corrieran tanto. Con el resultado puesto es fácil criticar».
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