QUILMES E INDEPENDIENTE IGUALARON 1-1 EN UN POBRE PARTIDO. El punto le sirvió al equipo de Caruso Lombardi para romper su racha de derrotas y al Rojo para sumar de nuevo tras la goleada lograda ante Newell’s, pero los dos se quedaron en deuda. Parra anotó para la visita y Morales igualó para los locales.
No fue un partido más para Quilmes. Al menos, interrumpió su racha negra de cinco derrotas consecutivas y sumó un punto que no le arregla en nada su situación al borde de la cornisa del descenso. Y tampoco lo fue para Independiente. Con el envión que le había dado su goleada del lunes ante Newell’s, le venía bien no perder para no empeorar su posición en la tabla de los promedios. Y al final, no perdió. Rescató un punto y ahora quedó a diez de Huracán, el último equipo de la reválida. Pero sigue sin ganar fuera de Avellaneda: ya lleva 15 partidos sin triunfos en condición de visitante.
En un momento del primer tiempo, daba la impresión de que Independiente podía quebrar esa serie negativa y llevarse los tres puntos de Quilmes. Ganaba 1-0 con un gol de Facundo Parra a los 23 minutos y el equipo estaba ordenado y bastante prolijo con la pelota, aunque acaso, con menos vibración que la que mostró contra Newells. Bien abierto sobre la banda izquierda, Patricio Rodríguez impuso su velocidad y habilidad y lo llevó a Garnier a jugar más como lateral derecho que como volante por el mismo sector (Quilmes plantó línea de tres en el fondo). Y por el otro costado, el colombiano Vélez pasó en cada avance, aprovechando que Cabrera se cerró al medio y que Mareque jugó llamativamente contenido.
Jairo Castillo salió lesionado y no regresó al segundo tiempo. Y el cambio que hizo Mohamed para reemplazarlo dio vuelta el partido como una media. Entró Battión al medio, Tuzzio pasó de volante central a jugar de segundo marcador central, Galeano se convirtió en lateral izquierdo, Mareque, en volante por el mismo sector y el equipo se paró bastante más atrás, en clara actitud contraofensiva. La respuesta de Caruso Lombardi demoró cinco minutos: puso a un delantero (Diego Torres) por un mediocampista de marca (Arnaldo González) y mandó a cargar todo el juego quilmeño por la punta derecha, cuestión de explotar la falta de oficio de Galeano en la marca del costado.
Dos veces estuvo Cabrera cerca de marcar el 2-0 definitivo en el arranque de la segunda etapa y Tripodi se las tapó. Eso envalentonó a Quilmes, que fue con todo su empeño y sus módicas ideas a buscar el empate. Lo encontró con un cabezazo de Morales (en posición levemente adelantada) tras un centro de Garnier desde la izquierda. Quiso ir por más. Pero no tuvo más. En el descuento, Hilario Navarro le detuvo un buen remate a Torres y un tiro libre de Sebastián Martínez le pasó cerca al travesaño.
Independiente, en cambio, recién salió del encierro autoimpuesto cuando Mohamed hizo otra pirueta desde el banco y colocó a Defederico por el lateral Vélez para jugar los 25 últimos minutos. El equipo dio un par de pasos al frente pero ya era tarde para intentar ganar. Al final, debió conformarse con el 1-1 que cerró sus cuentas en orden y no mucho más que eso.
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