Maldonado: Es el momento de Belgrano. Agosto de 2010. Por Alberdi sobran las caras largas. Belgrano acaba de debutar en el torneo con una impensada derrota 2-0 ante Patronato, en Paraná.
Y el horno no está para bollos ni en la gerenciadora, ni en el ánimo del hincha. Tres días pasan de aquella primera fecha fatídica. Y al fin hay una buena noticia para el Pirata. Después de muchas idas y vueltas, y de tires y aflojes en las negociaciones, Juan Carlos Maldonado acaba de extender su vínculo con el club hasta 2012. Y el zurdo, quien estuvo en la platea aquella tarde en Entre Ríos, volvía a entrenar junto con sus compañeros, luego de decirle «no» a una propuesta de Huracán de Parque Patricios.
«Va a tener que remarla como uno más», sostuvo por aquellos tiempos Jorge Guyón, en ese entonces el DT celeste, enfadado porque el Negro no había laburado a la par del resto en la pretemporada. Y fue realmente oscuro ese primer semestre para Maldonado, quien, entre ausencias y lesiones (sufrió una distensión) se perdió la mitad de los partidos y no marcó goles.
Pero claro… pocos sabían lo mucho que venía sufriendo en su vida personal este volante de apenas 22 años (muy lejano quedó su debut en la B, allá por el 2006). Es que algunos problemas familiares lo tenían bajoneado, golpeado, triste. Y ese bajón anímico repercutió claramente en su nivel individual.
¿Cómo hizo Juan Carlos para salir de eso pozo? ¿Quiénes fueron la clave para que tenga este presente, de goles, buenos rendimientos y triunfos en Belgrano? Sus familiares y sus amigos fueron su sostén. Y uno de los que más lo acompañó en la mala fue Bruno Lábaque. Sí, el jugador de Atenas. Una de sus más intimas amistades.
«Las buenas siempre duran poco y hay que tratar de disfrutarlas. Casualmente yo tengo un gran amigo que no es ligado al fútbol, que es Bruno Lábaque. Él me ha ayudado mucho porque hemos pasado la misma situación. Y ayer (por el sábado) me dijo una gran verdad: ‘Tenés que aprovecharlo, disfrutarlo y vivirlo con la gente que te quiere’. Y tiene toda la razón. Es lo que estoy haciendo», le contó a Día a Día Maldonado.
¿De dónde se conocen el mediocampista pirata y el base griego? La historia es así. Maldonado tiene su hogar al lado de la casa de Felipe Lábaque, presidente de Atenas y padre de Bruno. Y algo que a los dos les tocó vivir fue lo que más los unió: el sufrimiento post-separación y todo lo que eso conlleva cuando hay un hijo de por medio.
Por eso, el zurdo no dudó cuando se le consultó a quién le había dedicado el golazo ante Boca Unidos. El bombazo del 1-0, que abrió el camino del segundo triunfo al hilo para la B. Ese tanto tuvo un destinatario destacado: su hijo Benjamín, de apenas un añito y medio.
«El gol se lo dediqué a mi hijo. Siempre todo lo que hago va a ser para él. Ahora está viviendo con su mamá hace seis meses ya. Y por ahí uno sufre y llora al no poder tenerlo todos los días con uno. Pero son situaciones en la vida que nos tocó vivir y hay que afrontarlas. Yo siempre digo que todo lo que haga y que pueda lograr en la vida se lo voy a dedicar siempre a él», expresó con tono paternal el Negro.
«Todos los jugadores no serían nada si no tuvieran el apoyo de la familia y los amigos. Eso es el 90 por ciento de todo. Yo soy un agradecido a mi gente. Son los que están en las buenas, pero también las malas, que a veces se extienden mucho», agregó el oriundo de la Falda, quien hizo todas las inferiores en Belgrano y suma cinco goles en 57 partidos jugados en el club.
Y anda derecho el zurdo. Y haber superado ese momento complicado, multiplicó el fútbol de Maldonado, quien hoy parece ambidiestro de lo derecho que anda. Los números así lo demuestran. Sucede que, desde que asumió Ricardo Zielinski, el volante fue titular en ocho de los 11 encuentros de este segundo semestre. Y hasta marcó dos goles (ante San Martín de Tucumán en el triunfo 4-0 y el del sábado frente a los correntinos).
«Me voy sintiendo bien, con mucha confianza. Con la seguridad que tiene uno sabiendo que las cosas están funcionando a nivel equipo. Yo creo que, si seguimos trabajando así y metiendo todo este sacrificio, todavía estamos a tiempo de conseguir lo que nos propusimos a principio de campeonato. No tenemos más margen de error y cada partido hay que encararlo como una final. Pero pienso que este es el momento de Belgrano», manifestó el carrilero por izquierda, quien lleva tatuado el nombre de su nene Benjamín en el brazo derecho.
«Por suerte quedó ese espacio para poder patear de afuera del área y se metió. Es hermoso poder convertir y, si Belgrano gana, mucho mejor. Fue un triunfo que necesitábamos para seguir creyendo en nosotros y para demostrar que tenemos equipo para pelear arriba», dijo sobre el golazo contra Boca.
Por otro lado, el ex Palestino de Chile (donde jugó en la temporada 2007-2008 y anotó nueve tantos), ponderó la cantidad de alternativas que viene mostrando el Pirata a la hora de atacar y la propuesta de pensar siempre en el arco del frente.
«En este plantel están motivados tanto los que van de entrada como los que ingresan en el segundo tiempo. Por ahí empatamos muchos partidos, pero siempre nuestra intención fue ser protagonistas. No importó la cancha», analizó.
El clásico, otra final. El 2-1 sobre Boca Unidos no sólo dejó a Belgrano a cinco puntos de la Promoción, sino que, además, por primera vez en el torneo, alcanzó en la tabla a Instituto (ambos tiene 41 puntos). Y la B lo logró justo en la previa del clásico del viernes, a las 17, en Alta Córdoba. De todos modos, para el zurdo poco importa que el Celeste llegue mejor al derby y que las estadísticas indiquen que no se pierde con la Gloria desde el 2004.
«Estamos los dos con los mismos puntos. Esa es la única verdad. Y las rachas se olvidan cuando comienza el partido», arrancó Juan Carlos. Y, luego, completó: «Más allá de que se hable de ellos, porque son locales, porque juegan ante su gente y porque vienen de perder, la presión es de los dos. Vamos a tener que dar, no el 100, sino el 200 por ciento para ganar. Es un clásico y después de los clásicos se habla mucho. Hay que dejar la vida».
A Maldonado se lo ve tan bien como en la foto. Y, claro, todo Belgrano lo disfruta.ILUSIÓN. Es la que tiene Maldonado por el presente del equipo. El autor del 1° ante Boca contó que tiene una gran amistad con Bruno Lábaque.
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