El periodista Jorge Lanata volvió a enfrentarse a varios de sus colegas, y reiteró sus críticas al Gobierno nacional, en especial en su relación con los medios.
En un intento por relativizar el entredicho con su ex compañero, Lanata explicó el contexto en que contestó los dichos de Sietecase durante la entrega de los Premios Martín Fierro, afectado no sólo por lo dicho por el periodista durante la ceremonia del galardón, sino por los roces que mantuvo el conductor de PPT con Carla Castello y la omisión de su nombre durante el 25° aniversario de la creación de Página/12.
De acuerdo con Lanata, «Carla (Castello) publicó una carta en Twitter». «Me acusaba de trabajar en Clarín, cuando el padre trabajó en Radio Mitre los últimos cinco años de su vida», argumentó el periodista. «Está mal, pobre. Ella se fue mal de (la revista) Veintitrés», justificó.
«Lo de Reynaldo me sonó a una respuesta del ‘Queremos preguntar’, y me pareció descuidada», opinó, mientras volvió a defender el cuestionamiento hecho en el programa, en que el periodistas de diversos medios exigieron al Gobierno nacional que revise su relación con la prensa. Sobre aquel encuentro, Lanata bromeó: «Es más fácil juntar cien vedettes que cien periodistas, y lo digo yo, que trabajé en el Maipo. En una redacción hay mucho puterío».
«Nuestro laburo es preguntarle al poder», expresó. «(Los políticos) Están ahí porque nosotros nos pusimos ahí. Nos tienen que contestar», remarcó.
«No me quiero pelear con Reynaldo. Lo quiero», afirmó el periodista, al tiempo que reconoció que, años atrás, a su ex compañero de TV «lo echaron por preguntar». «Vos preguntaste en ese momento.. Hay que ver si preguntás ahora», deslizó.
Sin embargo, Lanata reconoció un grado de razón en el planteo de Sietecase, y admitió que podría preguntar y hasta cuestionar al grupo Clarín. Consultado sobre qué le preguntaría al CEO del Grupo, Héctor Magneto. «Hay mil cosas para preguntarle. ¿Por qué se peleó con el Gobierno? Quisiera escuchar su versión, porque nunca la escuché».
En paralelo, se mostró afín a los Noble Herrera en dos temas que han sido centrales en la pelea con el kirchnerismo: el origen biológico de los hijos de Ernestina Herrera y la intervención de Papel Prensa.
«Lo de los hijos está mas que probado que era mentira», expresó el periodista. «No sé si falta una autocritica (de parte del oficialismo), pero al menos un reconocimiento de que se equivocaron», opinó. «Nadie dijo nada más. Me parece una barbaridad eso», continuó.
En cuanto a Papel Prensa, estimó que «está mal que exista como tal, pero es peor que sea del Estado, cuando el mismo Estado no puede distribuir la publicidad (oficial)». «Yo no confío en este Estado para distribuir el papel», insistió.
El relato, Moreno y los K. El controvertido conductor no ahorró palabras para referirse al Gobierno, y algunas de sus últimas medidas, como la relación política y comercial con Angola y las restricciones a la adquisición de dólares. «Están jodiendo a los que tienen 2.50 pesos, y dejan pasar elefantes», se quejó.
«El tiempo es el peor enemigo del doble discurso, y el periodismo, a veces, ayuda. Cuando el periodismo expone eso, al poder le duele», evaluó, a modo de explicación sobre su relación con el oficialismo, en una crítica directa contra la vista de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a Angola, en medio de las acusaciones sobre violaciones a los derechos humanos en ese país, y el raro comienzo de un intercambio comercial, sostenido por emprendimientos surgidos de la Feria La Salada y la exportación de cosechadoras. En ese marco, la apreciación sobre el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, fue dura. «Moreno viene de la derecha peronista. Es un prepotente, un bruto. Es como López Rega sin armas», espetó.
El periodista reiteró los calificativos sobre la Presidenta que diera en su programa dominical, aunque insistió en que ello no representa una afrenta a la investidura presidencial. «Yo con Florencia Kirchner no me meto», aclaró. «Empecé a hablar de Máximo cuando se metió en política. Este chico nunca laburó y ya tiene 36 años. Es un boludo grande, ya», exclamó.
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