Comienza una Edición de Oro en Jesús María el Festival Nacional de Doma y Folklore cumple 50 años y despliega desde hoy doce noches de “Color y Coraje”. Antes de que comience la celebración, el presidente de la comisión recordó la historia de este evento que nació -y aún continúa-, con un fin solidario.
Enero se despliega en el calendario cordobés y allí nomás aparece con sus luces el Festival de Doma y Folklore de Jesús María. Ese encuentro popular con sus noches de “color y coraje” -como tantos lo bautizaron-, con artistas en escena y también con su particular platea que sigue teniendo ese folklore de ingresar al predio con reposera en mano y bolso matero, tendrá este año una edición especial.
A diferencia de otros tantos festivales cordobeses, Jesús María no nació con la idea de dar proyección a músicos del cancionero popular, ni de congregar en sus tablas a figuras nacionales o internacionales.
Este evento, que este año cumple sus bodas de oro, surgió nada más ni nada menos de la necesidad de recaudar fondos para escuelas locales y de Colonia Caroya. Y sus organizadores nunca dejaron de tener presente esa meta solidaria como objetivo.
“El festival se hace para las escuelas, es imposible perder ese horizonte”, cuenta Hugo Valdo -presidente de la Comisión- haciendo referencia a las instituciones educativas, comenzando así una charla donde muestra orgulloso por qué el Festival de Jesús María se convirtió en uno de los más convocantes de la temporada estival.
“Aunque este año se han hecho varios antes, de todos modos tenemos la marca de ser el primer festival del año. Y nosotros estamos más que contentos por esta institución, por su gente y su forma de organizarse”, expresa también Valdo quien lleva varios años como presidente de la Comisión, treinta como integrante y otros tantos más como amante del evento del cual sus padres fueron fundadores.
Más allá de referirse al despliegue de doma en el predio o del número de convocatoria, el presidente del Festival distingue ante todo que Jesús María es una fiesta que nació pensando en la gente, que sus organizadores los hacen sin cobrar un centavo y animándose a ser productores sólo unos días al año.
Y seguramente ese es para ellos el mayor orgullo en estas cinco décadas. “Somos 50 personas en la comisión, no somos técnicos, ni productores ni nada y a todos nos genera un gran orgullo ser parte de esto.
Como a mí, de haber pasado de ser integrante a presidente, que nunca pensé que podría llegar a serlo, pero como siempre digo, poniendo el corazón se logra”, relata el cordobés.
Como trayendo al presente aquellos primeros intentos, Valdo sañala: “Desde que empezó somos una sociedad conformada por veinte cooperadoras de los colegios. Acá no hay políticos ni nada”, afirma sin titubear Valdo como distinguiéndose de otros tantos festivales cordobeses. ¿Cómo ocurre en Cosquín? Es la pregunta obligada, sobre todo después que este ritual de Punilla se lanzara en medio de polémica por subsidios que nunca llegaron.
“No conozco mucho, pero sí puedo decir que Cosquín es diferente a nosotros porque allí el intendente de turno es presidente del festival, y aquí el presidente se elige cada dos años, y sólo puede ser alguien de la cooperadora.
Y además todos trabajamos ad honorem”, aclara entonces Valdo sin querer entrar en conflicto.
Sin embargo, la rivalidad de entre ambos muchas veces se pone sobre la mesa festivalera, analizando cuál lleva mejores artistas o mayor cantidad de público. Y en este 2015, la fiesta del norte cordobés contará con uno de los más convocantes:Jorge Rojas, que no engrosará la grilla en Cosquín por problemas de agenda.
Otra vez queriendo alejarse de las polémicas, Valdo de todos modos admite que hay una puja entre Cosquín y Jesús María, y así comenta: “Desde hace treinta años estoy en la programación del festival y siempre le comento a los artistas que quizás para ellos venir a Jesús María no es como ir a Cosquín, donde pueden consagrarse.
Y sin embargo ellos me dicen que respetan mucho el festival por cómo se trabaja y cómo se organiza.
¿Jesús María sin doma?
Años buenos y malos, colmados y vacíos, de crisis y bonanzas. Como el devenir del país, seguramente el festival que hoy cumple 50 años habrá pasado por todo tipo de coyunturas.
Pero quizás el mayor desafío fue enfrentarse a una problemática que desde hace algunos años viene golpeando sus puertas: el pedido de organizaciones de defensa de los animales que se deje de realizar la doma, el alma mater del evento.
“No creo que yo llegue a ver un festival sin doma”, señala rotundo Valdo consultado sobre el tema, y agrega: “Quizás sí con los años, cuando ya no esté, pero también se debería dejar de hacer deportes como el polo o las carreras”.
Sin alterarse, el presidente del Festival resalta que no han hecho oídos sordos luego de los percances con caballos y jinetes, y que si bien piensan que las cosas no son “como dice esta gente, lo respetamos”.
Así lo explica: “De hecho el año pasado tuvimos una reunión con ellos y hemos conversado sobre cosas que se podían acomodar y la hemos acomodado, porque sabemos que no somos los dueños de la verdad”.
Edición de Oro
Para estos 50 años, Jesús María se prepara con todo, y según su presidente “será un año espectacular. El acto inaugural será impresionante con más de mil personas involucradas”.
Por primera vez serán doce las noches en el Anfiteatro José Hernández, comenzando mañana jueves y cerrando el lunes 19 de enero. Además de presencias destacadas, como Soledad, Jorge Rojas, Abel Pintos, Los Nocheros, el Chaqueño, Horacio Guarany o Luciano Pereyra, esta edición contará con algunas sorpresas, como la jineteada de mujeres.
“Cuando abrimos el abanico, ahí nomás comenzaron a llamar muchas delegaciones para enviar sus damas. Pero es sólo una prueba este año, no vaya a ser que nos ganen las mujeres” (admite entre risas el organizador). De todas maneras, no le cierra la puerta a la propuesta y deja latente la posibilidad de continuarlo en las próximas ediciones.
Fuente: La Mañana
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