Increíbles vínculos de Callejeros con Carlotto, Aníbal F. y el Papa. Las visitas a Fontanet, el desplante del funcionario y los contactos con Francisc
«Olvidate. Durante este gobierno, los músicos no salen más». Al letrado que supo defender a la banda Callejeros es a la primera fuente que llamé cuando, 48 horas antes de que recuperase la libertad Patricio Santos Fontanet, un alto funcionario del Servicio Penitenciario me dio la primicia. “Algo pasó en el medio pero no deben ser casuales los últimos encuentros del Pato conEstela de Carlotto y tanta gente vinculada al gobierno como Víctor Hugo Morales”, explica a este medio.
Días atrás, Estefanía Miguel –novia de Fontanet- escribía mensajes subrepticios en Twitter pero no quiso hablar con la prensa. Para uno de los nietos de Estela de Carlotto,Juano Falcone, los Callejeros eran y son “presos políticos”. Desde el 2012, Falcone entabló una relación de extrema confianza con el líder de Callejeros y es el percusionista de su nuevo emprendimiento artístico: Casi Justicia Social. «En la cárcel terminamos la maqueta de lo que será el próximo disco», me contó en radio.
El papa Francisco también metió la cola. Nunca les soltó la mano a los músicos a quienes admiraba por su faceta cristiana, su incorrección política y el amor, en común, con San Lorenzo de Almagro. Pero hay un nombre que es clave y que conectó a Fontanet y compañía con Carlotto, Bergoglio y los principales ministros del gobierno de Néstor y Cristina Kirchner: el sindicalista Oscar Mangone.
Ángeles y demonios. La relación de Callejeros con la política tiene más idas que vueltas. Hasta ayer, los encuentros con altos funcionarios del gobierno nacional no habían producido los resultados deseados por los músicos que creían que les habían soltado la mano. En las letras de los dos discos, pos-Cromañón, la banda señalaba su bronca y descontento contra “el ministro siniestro” –sería Aníbal Fernández- “y sus hilos siempre van en mi contra”.
Según Fontanet, Fernández les habría prometido apoyo que no se terminó cumpliendo. El exministro del Interior de la Nación, siguió de cerca el desenlace judicial de Cromañón por cuestiones políticas y personales. Su hijo y él eran seguidores de la banda de Villa Celina. También es cierto, que el actual senador recibía personalmente, todas las semanas, a familiares de la tragedia.
Poco tiempo después de la tragedia, Fontanet conoció a Jorge Bergoglio en persona. El contacto lo había acercado un fanático de la banda de Villa Celina, el sindicalista Oscar Mangone, secretario general de la Federación de Trabajadores de Gas Natural de la Argentina. El sindicalista mantiene sus vínculos con Bergoglio quien lo recibió enla Casa de Santa Marta, su residencia en el Vaticano, a mediados de junio del 2013.
La pasión por San Lorenzo de Almagro fue uno de los temas de conversación. El Papa argentino, al igual que Fontanet, simpatiza con “el Ciclón”, club en el que Mangone también tenía su cuota de poder como influyente dirigente.
La relación que mantenía el líder de Callejeros y Mangone era tan estrecha que Paula, la hija del sindicalista, hoy cercano a Hugo Moyano, diseñaba el arte de tapa de los discos de la banda de Celina. Paula Mangone aparece en los créditos de los discos de Callejeros y es la única socia de la banda que no tuvo problemas con la justicia.
Mientras que sus excompañeros de ruta caían en desgracia, la joven perfeccionó el emprendimiento artístico «Rocanroles Argentinos» junto con su amigo Koku. Su sello artístico se lo había comprado al baterista de la banda, Eduardo Vázquez. Esa marca diseñó las famosas remeras con la frase “Basta de Culpas a Callejeros” bajo un fondo amarillo. Junto con su padre estuvieron al frente del Sindicato único de Cantantes.
Cuentan dos músicos, bajo estricta reserva, que a su inauguración, en la calle Boedo 90, en Capital Federal, fueron Estela de Carlotto, los integrantes de la banda y un exPresidente de la Nación nacido en Santa Cruz. En un primer momento, esa dirección era el mismo domicilio procesal de los integrantes de Callejeros.
El hombre fuerte de esta historia, con vínculos con los punteros de Villa Lugano y la zona sur de la ciudad, es el padre de la diseñadora gráfica quien, desde su influyente poder que mantiene al frente del sindicato de Gas Natural, ofició de nexo para que Callejeros se juntara con influyentes funcionarios.
La noche de la tragedia, Paula Mangone estaba en Cromañón. Su padre siempre contó que Fontanet la había rescatado de la muerte pero en el legajo judicial de su hija no existe tal versión. Pero, como explica un amigo de la banda, “Mangone ideó el supuesto negocio post-tragedia utilizando a la banda, su hija se compra la estampadora de remeras en sociedad con el cantante. Pato era un genio escribiendo canciones pero no tenía mente empresarial”.
Mangone les acercó a su primer y segundo abogado defensor, Aldo Blardone y Mariano Silvestroni, éste último no quiso ser entrevistado. Mientras tanto, Callejeros seguía tocando y “Señales sale 60 pesos y yo no cobro una mierda”, cantaba Fontanet. “El lucro del que hablaban los padres no era de ellos pero sí el que generaba las manos de Mangone, los integrantes de la banda no tenían un mango, hasta te diría que pasaban hambre”, recuerda un abogado que se distanció de Callejeros hace años. Los primeros recitales que realizan luego de la tragedia en Córdoba gracias al vínculo del empresario con José Palazzo.
Mangone también los contactó con Aníbal Fernández con quien hablaban por teléfono seguido. De la ex SIDE provenían los Nextel que cada integrante de la banda tenía. Era una forma de conocer sus conversaciones y, de paso, hacerlos sentir aliados del poder.
Por esa razón, Jorge, el padre de Wanda Taddei, prendida fuego por Eduardo Vázquez, baterista de la banda, creía que alguno de los músicos eran informantes de los servicios de inteligencia, tal vez, sin darse cuenta. “Son ignorantes pero buenas personas, uno de los jueces que los procesó me confesó que los músicos no tenían la misma responsabilidad penal que el cantante que tomaba las decisiones pero que los metía a todos en la misma bolsa», explicó un allegado a Callejeros que critica su ingenuidad. Y completó: «Pero los mandó a juicio a todospor unos negros de mierda».
Doble conforme, doble vara. «Pibe que se calienta pierde, ¿me entendiste? No te pongas nervioso», le dijo Aníbal Fernández a Fontanet, horas después de la cumbre en Mar del Plata en que el exPresidente Hugo Chávez mandó a George Bush y al ALCA al carajo con Néstor Kirchner y Diego Armando Maradona aplaudiéndolo a rabiar. El “Pato” tiró el celular al piso, puteó al aire y rompió el vínculo con el Ministro que les había garantizado apoyo político. Meses después, cambiaron a sus abogados y contrataron a Analía Fangano que los representó durante el juicio oral.
Fangano intentaba explicarles que si seguían con la tesitura de que todos los integrantes de la banda tenían la misma responsabilidad, todos terminarían presos. Fontanet no quería soltarle la mano al manager, Diego Argañaraz, quien nunca había querido ocupar ese lugar. Parábolas del destino, hoy el manager continúa detenido al igual que el subcomisario Carlos Díaz, juzgado por la figura de cohecho, esto es, que habría aceptado una coima de parte del gerenciador del boliche, Omar Chabán, para hacer “la vista gorda”.
Fermín Iturbide representa a Díaz y asegura a este medio que «la Corte Suprema tenía los suficientes elementos para tratar el tema de mi defendido. No estoy en desacuerdo de la liberación de los músicos pero no está bien que no hayan tratado el recuerdo del ‘doble conforme’ con Díaz y Chabán».
Ahora, Díaz continúa detenido en Marcos Paz. Por su diabetes ha perdido la vista total del ojo izquierdo y se quedará ciego en los próximos meses. Iturbide ha pedido la prisión domiciliaria. Aún espera respuesta de la justicia. Chabán, tras haber estado al borde la muerte, estuvo detenido en el hospital Santojanni y actualmente cumple prisión domiciliaria. A cinco meses de cumplirse diez años de la tragedia, Chabán insiste en que jamás pagó una coima en Cromañón.
Mientras tanto, un grupo de sobrevivientes y padres de Cromañón, tomó con sorpresa y tristeza la decisión de la Corte Suprema de Justicia. «Acá hay una cuestión de fondo política», asegura un abogado que representa a las víctimas y que prepara una “batería de denuncias”. Sin embargo, otro letrado que pasó por la causa explica que “en diciembre –cuando sea revisada la causa en la Cámara de Casación, los músicos volverán a prisión”.
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