El gobierno alemán anunció este jueves la expulsión del jefe de los servicios secretos estadounidenses en Alemania, tras descubrir a dos presuntos espías que trabajaban para Washington, una decisión inusual entre aliados de la OTAN.
El gobierno alemán decidió hoy expulsar al máximo responsable de los servicios secretos estadounidenses en la embajada de Estados Unidos de Berlín como consecuencia por el escándalo del espionaje de Estados Unidos en suelo alemán.
Tanto el presidente del gremio de control de los servicios secretos del Parlamento alemán, Clemens Binninger, como el portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert, anunciaron la decisión una semana después de que saliera a la luz el escándalo del espía doble.
«Se ha instado al representante de los servicios secretos estadounidenses en la embajada de Estados Unidos a que abandone Alemania», afirmó Seibert.
El anuncio confirma los trascendidos de ayer al surgir un nuevo caso de espionaje y abrirse una investigación sobre un segundo agente alemán que presuntamente vendió informaciones a Estados Unidos.
«El espionaje de aliados es un desperdicio de energías. Tenemos muchos problemas, y creo que debemos concentrarnos en lo necesario», dijo por su parte la canciller alemana, Angela Merkel.
«No todo lo que es posible hacer desde el punto de vista técnico debe ser realizado», agregó Merkel en Berlín. «Veremos qué se puede hacer cuando esté claro», observó.
«Más confianza puede significar más seguridad, según mi más profunda convicción. Por eso se debe hacer de todo, a fin de que aquellos que comparten los mismos valores cooperen en plena confianza», agregó Merkel.
Con Estados Unidos -subrayó la canciller- «veo una diferencia de principios muy grande respecto de las tareas de los servicios secretos después de la Guerra Fría».
«Hay problemas enormes -no sólo los desafíos en Siria y con el Estado Islámico- en la defensa del terrorismo, que para mí son prioritarios respecto de la cuestión de espiarse entre aliados», reiteró.
«Hoy en el siglo XXI debemos preguntarnos cuáles son las tareas de los servicios», recordó la canciller.
«Ahora tenemos nuevas amenazas, asimétricas, y creo que en estos tiempos, mucho más imprevisibles, es decisivo que se pueda construir confianza entre los aliados», concluyó.
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