La denominada Federación Anárquica Informal (FAI) reivindicó hoy la autoría de los paquetes bombas que estallaron en las embajadas de Chile y Suiza en Roma, informaron fuentes policiales en Roma.
La reivindicación la hicieron en un texto que habían introducido en una cajita, hallada por los carabineros junto a uno de los heridos, agregaron las fuentes.
«Hemos decidido que se escuche de nuevo nuestra voz con la palabra y los hechos. Destruyamos el sistema de domino. Viva la FAI, viva la anarquía. Federación Anárquica Informal célula revolucionaria Lambros Founta», escribió el grupo anarquista en el texto encontrado.
La policía antiterrorista italiana Digos está analizando el texto, al parecer, escrito en un ordenador y hallado dentro de una cajita de pastillas de menta, para compararlos con otros escritos por este grupo en la reivindicación de pasados atentados similares.
En el texto, el grupo expresó su «solidaridad revolucionaria» con los «compañeros prisioneros y los grupos que en Grecia, Chile, México, España, Argentina y cualquier otro lugar atacan sin parar, levantando cada vez más el objetivo».
La sigla FAI apareció por primera vez en 2003 para atribuirse el envío del paquete bomba al expresidente del Gobierno de Italia Romano Prodi, que entonces era presidente de la Comisión Europea.
El grupo también envió cartas bomba al jefe del grupo del Partido Popular Europeo, el alemán Hans-Gert Poettering, y después se registraron otras misivas contra el máximo responsable del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, y las sedes de Europol y Eurojust.
En noviembre de 2005, las mismas siglas se atribuyeron el envío de un paquete explosivo de escasa potencia al alcalde de Bolonia (norte), Sergio Cofferati.
En todas estas ocasiones, los paquetes eran de escasa potencia y fueron interceptados y desactivados antes de que llegasen a su destinatario o se incendiaron sin causar daños, como en el caso de Prodi.
En diciembre del pasado año reivindicaron la colocación de un paquete bomba que explotó en la Universidad Bocconi de Milán, sin causar heridos.
Los dos paquetes bomba enviados hoy a las embajadas de Chile y Suiza hirieron a sendos funcionarios de la legación. El suizo se encuentra en estado grave y ha perdido una mano y el chileno dos dedos de otra.
Desde el primer momento la policía italiano siguió la pista anarquista, según informó el ministro del Interior, Roberto Maroni.
«Las investigaciones siguen en curso, pero la pista que se sigue es la anarquista, ya que existen los precedentes de noviembre en varias embajadas en Grecia, país en el que al igual que en España e Italia existen grupos anarquistas estrechamente relacionados», dijo Maroni.
El ministro de Interior añadió que las autoridades españolas y griegas colaboran desde hace tiempo con las italianas para afrontar a esos grupos, que dijo «son muy violentos».
Tras los atentados de hoy la policía puso en alerta a todas las representaciones diplomáticas en Roma y reforzó los controles para evitar otros casos similares.
El Gobierno italiano, informó el ministro de Exteriores, Franco Frattini, envió asimismo una circular a sus embajadas en el extranjero para que aumentaran la cautela.
Frattini precisó que aunque se trataba de hechos «muy graves», «no hay que crear alarmismo».
La tensión que vivió durante la jornada Roma aumentó cuando pocos minutos después del estallido en la embajada chilena se denunció la presencia de una carta sospechosa en la embajada de Ucrania.
Artificieros de la policía italiana pudieron comprobar que se trataba de una felicitación navideña.
También hoy fueron entregados a la policías cartas sospechosas llegadas a las embajadas de Eslovenia y Estonia, que tras ser abiertas por los artificieros no contenían nada peligroso.
Asimismo se produjo una falsa alarma de bomba en un edificio del Ayuntamiento de Roma, tras recibir una llamada que avisaba de la presencia de un explosivo.
Las dos explosiones se han producidos después de que el pasado martes se hallara en un vagón vacío de la línea B del metro de Roma un artefacto rudimentario, compuesto por varios tubos y pólvora, que carecía de detonador. EFE
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