Escuelas de Estados Unidos enseñan a identificar las noticias falsas. Profesores intensifican las lecciones sobre los medios de comunicación para dar a sus alumnos la capacidad de reconocer los reportes ficticios.
Las elecciones presidenciales de Estados Unidos dejaron una lección inesperada en las aulas: el alcance y repercusión de las noticias falsas.
Profesores desde enseñanza básica a universitaria han intensificado las lecciones sobre los medios de comunicación para dar a sus alumnos la capacidad de reconocer los reportes ficticios y entender su potencial para debilitar la cultura cívica.
Igual que Facebook trabaja con The Associated Press, FactCheck.org y otras organizaciones para frenar la difusión de noticias falsas y engañosas a través de su influyente red, los maestros dicen que la formación en las aulas puede jugar un papel importante a la hora de desmontar titulares como el de «Papa apoya a Trump» que enturbiaron las aguas durante la campaña presidencial estadounidense de 2016.
«Creo que solo la educación puede resolver este problema», señaló Pat Winters Lauro, profesor en la Kean University de Nueva Jersey, quien comenzó a impartir una clase sobre este tipo de noticias este semestre.
Como otros, Lauro se ha encontrado con que las discusiones sobre noticias falsas pueden conducir al territorio de las sensibilidades políticas.
Algunos críticos creen que las historias falaces sobre la candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, ayudaron a Donald Trump a revertir su gran desventaja en las encuestas de opinión, y el propio Trump acusó a varios medios de fabricarlas y de reportes y encuestas que no le favorecían en las primeras semanas de su presidencia.
«No ha sido un tema difícil de enseñar en términos de material porque hay muchas», señaló Lauro. «Pero es difícil en términos de política porque tenemos un país muy dividido y los estudiantes están divididos también por sus creencias.
Tengo miedo a que a veces piensen que estoy tomando partido político cuando en realidad hablo de estándares periodísticos sobre hechos y verificación, y lo ven como ‘Oh, usted es antiesto o aquello»’.
Juzgar qué se podía creer era más fácil cuando las fuentes estaban más claras – revistas, diarios u otros – explicó el estudiante de Kean Mike Roche, que asiste a la clase de Lauro.
Ahora «todo llega a través del mismo medio en tu celular o tu computadora, por lo que es muy fácil difuminar las líneas y no tener una distinción clara de lo que es real y lo que es falso», agregó.
Tom Boll terminó recientemente un curso sobre noticias reales y falsas en la Newhouse School de la Syracuse University. Sostiene que ahora, con los medios sociales permitiendo publicar y compartir a todos sus usuarios, quedan lejos los días en que los editores de televisión y periódicos servían de guardianes primarios de la información.
Bill Ferriter, un maestro de Raleigh, en Carolina del Norte, enseña a sus estudiantes a emplear el sentido común en primer lugar para preguntarse si una historia podría ser cierta y a ser escépticos ante los artículos que parecen dirigidos a animarlos.
Fuente Día a Día
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